Salvador Giménez (El Día de Córdoba).- Festejo mixto en Écija con la alternativa de Javier Benjumea, hijo de Pedrín, y triunfo de Salvador Cortés. El Cordobés hijo escuchó tres aviso y mató dos erales Ángel Jiménez.
Seis toros de San Martín-Hernández Plá, bien presentados y de pobre juego a excepción del 2º y 6º lugar y dos erales de Las Monjas (4º y 8º) de mal juego.
SALVADOR CORTES (nazareno y oro). Dos orejas tras aviso y ovación con saludos.
Julio Benítez “EL CORDOBES HIJO” (grana y oro). Algunos pitos tras tres avisos y oreja con petición de la segunda.
JAVIER BENJUMEA (corinto y oro). Vuelta al ruedo y ovación con saludos.
El novillero ANGEL JIMENEZ (rosa y oro). Vuelta al ruedo y ovación con saludos.
INCIDENCIAS: Corrida mixta con motivo de la feria de Ecija. Un cuarto de entrada en tarde nublada y fresca. El toro de la ceremonia atendía al nombre de “Clientito”, número 10, nacido en marzo de 2005, de pelo cárdeno lucero. Salvador Cortés salió a hombros de la plaza.
Javier Benjumea, hijo del recordado torero palmeño Pedrín Benjumea, se doctoró ayer en tauromaquia en la en la plaza de toros de Ecija. No tuvo suerte Javier en el sorteo. Su lote fue a la postre el peor de la corrida. Su primero, de nombre ‘Lientito’, número 10 para los amantes de la estadística, fue un animal que desarrolló poca fuerza y poco codicioso en sus embestidas. No obstante se vio un Benjumea maduro y solvente que, en un trasteo muy por encima de su oponente, logró sacar alguna tanda meritoria con algún muletazo de calidad, sobre todo por el pitón izquierdo. No tuvo fortuna con los aceros y lo que pudo ser una oreja, pedida con insistencia por un público muy cariñoso, se quedó en una vuelta al ruedo. Su segundo fue un toro bronco y reservón que desarrolló sentido y peligro. Bravucón en varas tomó un puyazo donde se dejó lo que se presuponía que llevaba dentro. Luego en banderillas cortó terreno causando más de un problema a los hombres de plata. Con la muleta el toricantano, tras un muy estético y poderoso inicio de faena por bajo, lo intentó y ante las complicaciones del animal opto por abreviar su labor.
El padrino de la ceremonia hizo una meritoria faena a su primero. Es incomprensible que Cortés este, como otros muchos, en un lugar totalmente inmerecido en el escalafón. Como toreó Cortés. Muy bien. Con sentido del temple, de la estética y con una cabeza muy privilegiada. La faena tuvo consistencia en tandas de mucho mérito sobre ambas manos, destacando en el torero fundamental. Tanto con la derecha como al natural, el trasteo de Cortés tuvo enjundia y buen gusto. Tanto que tras marrar con el acero en una ocasión y tras una certera estocada cortó dos merecidas orejas. Su segundo fue un animal soso y distraído. Tras un recibo de capote con mecidas verónicas que hacían presagiar una faena de igual tono que en su primero, Salvador Cortés se estrelló con un oponente que no se prestó en nada al lucimiento.
El Cordobés hijo vivió las dos caras de la fiesta. La cara y la cruz. En su primero un animal distraído y soso, al que hizo una faena larga e insípida, se aperreó con los aceros y vio como tras recibir los tres avisos el toro se iba vivo a los corrales arropado por los mansos. La cara tuvo ocasión de vivirla en su segundo. Un toro cárdeno franciscano de bonita lamina, que recibió airoso con el percal. La faena tuvo calidad. Cuando este nuevo Benítez dejó la muleta puesta en la cara de su enemigo, éste respondía con embestidas largas y con clase, permitiendo a su matador sacar tandas de gran quietud y ligazón. Terminó con el toreo accesorio llegando con calado al tendido, que tras una estocada, solicitó las orejas con fuerza concediendo incomprensiblemente la presidencia solo una.
El novillero sin picadores Ángel Jiménez se enfrentó ante dos novillos desclasados y con ‘guasa’. El torero astigitano mostró las credenciales que le han llevado a proclamarse triunfador en las novilladas para noveles de las Escuelas Taurinas de Andalucía. Jiménez tiene buen corte, tiene ganas de ser torero y además conecta con el público. En la tarde de ayer no tuvo suerte con los novillos, pero ojo con este torero. Puede llegar lejos. Tiene algo que muchos adolecen. Personalidad.
Foto: Salvador Giménez