Antonio LorcaAntonio Lorca.- El día de la festividad del 1 de mayo comienza oficialmente la Feria de Abril de 2014, aunque los farolillos del real no se encenderán hasta las cero horas del próximo martes, día 5. Comienza un ciclo mentiroso, extraño y atípico, cargado de incógnitas económicas y artísticas, pero no exento en modo alguno del prestigio que acompaña a dos de las semanas de toros más importantes del mundo.

La primera mentira es que la afamada Feria de Abril se celebra en mayo por obra y gracia del Ayuntamiento sevillano, que ha asumido la reivindicación de comerciantes y hoteleros de ampliar a dos semanas la separación entre Semana Santa y Feria, lo que, a juicio del sector empresarial, aviva el flujo turístico.

Por otra parte, es la primera vez que cinco de las figuras más sobresalientes del escalafón actual -El Juli, Morante, Manzanares, Talavante y Perera- lanzan un órdago a la empresa de la empresa sevillana y deciden no anunciarse en los carteles por unas muy serias desavenencias cuya concreción se desconoce, porque ya se sabe que el secretismo es una de las señas de identidad de los taurinos. Se sospecha, por tanto, que entre el reiterado silencio de los empresarios y las acusaciones de los toreros referidas a maltrato, actitud prepotente y reiterados incumplimientos de la patronal distan algunas medias verdades que ocultarán, sin duda, la realidad de unas relaciones nada fáciles y siempre oscuras entre empresarios y figuras.

Imposibilitada la negociación entre las partes, la empresa presentó una cartelería extraña y atípica, carente de imaginación que, sobre el papel, no ha cubierto las expectativas de los aficionados. Esta situación abre un abanico de interrogantes sobre el interés del público por acudir a las taquillas y el resultado artístico de los festejos con las mismas ganaderías de otros años y combinaciones toreras que no en todos los casos concitan el atractivo exigible.

De momento, la Maestranza casi se llenó el pasado domingo de Resurrección, en el festejo inaugural de la temporada, en el que Manuel Escribano y Daniel Luque lidiaron con poca suerte complicados toros de Miura; y el público tampoco falló el domingo 27, en la novillada en la que volvía Lama de Góngora, una fundada esperanza sevillana, y debutada con picadores José Ruiz Muñoz, sobrino nieto de Curro Romero.

De todos modos, la prueba de fuego comienza el 1 de mayo, cuando se inicia el ciclo continuado de corridas. Entonces, se comprobará si la tozudez mostrada por las figuras ausentes -imperdonable que no dejaran una puerta abierta a la negociación- y la incapacidad empresarial para ofrecer un programa de interés se nota en los tendidos.

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