La sexta corrida de Córdoba fue un festejo de escasa entidad, presidio por la lluvia, con malos toros de Santiago Domecq y una buena faena de El Juli. Julio El Cordobés fue herido en el tercero y cortó una oreja absurada al sexto. Talavante, muy disvreto.

Santiago Domecq / El Juli, Alejandro Talavante y Julio Benítez El Cordobés

Ganadería: seis toros de Santiago Domecq, el cuarto lidiado como sobrero, desiguales de presencia, flojos y justos de raza. Fue mejor el sobrero cuarto, que sacó raza en el último tercio.

El Juli: estocada (saludos), estocada y descabello (una oreja) y
Alejandro Talavante: estocada tendida y dos descabellos (saludos) y estocada que asoma, pinchazo y media estocada (silencio).
Julio Benítez «El Cordobés»: media estocada y trece descabellos (palmas cariñosas) y estocada (una oreja).

Plaza de Córdoba, 6ª de Feria. Casi tres cuartos de plaza. El Cordobés resultó cogido en el tercero y fue asistido de una cornada en el gemelo izquierdo. Salió a matar el sexto. Lluvia desde el cuarto de la tarde.

Carlos Crivell.- Córdoba

El hijo del genio Manuel Benítez, Julio Benítez «El Cordobés», resultó prendido en la faena de muleta al tercero. La media se tiñó de sangre y cuando remató de forma laboriosa al toro pasó a la enfermería para no volver a salir. El joven espada había demostrado notables carencias técnicas y artísticas en su labor, tanto en el manejo del capote como de la muleta. El temple no se hizo presente y cuando intentó torear con la izquierda llegó la cogida. Mató al toro de forma laboriosa con infinidad de golpes de descabellos y se fue a las manos de los médicos entre las palmas de sus paisanos.

La corrida de Santiago Domecq fue muy floja. El cuarto, un toro anovillado y de escasas defensas, fue el que embistió con más calidad en la muleta. Esa condición debe apuntarse en el lado positivo de El Juli, que en su faena imprimió un temple exquisito a cada uno de los muletazos. El toro aguantó y se vino arriba; El Juli tocó de forma admirable en una faena muy meritoria que siguió la plaza entre una molesta llovizna que se hizo presente a esas horas de la tarde. Tanto por el pitón derecho como por el izquierdo, se sucedieron los pases de corte perfecto en una faena demasiado larga. No importó ni siquiera que tuviera que descabellar para conseguir la oreja.

El Juli había comenzado su tarde cordobesa enfrentándose a un toro sin fuerzas ni raza con el que no pudo hacer nada de nada. Ya es difícil ver a un torero como Julián impotente ante un toro que no podía meter la cara con claridad.

Alejandro Talavante parece algo recuperado después del comienzo de temporada tan desafortunado que ha protagonizado. Con el primero de su lote volvió a ser el torero personal, valiente y mayestático de tiempo atrás. Había dado señales de vida en un notable quite por gaoneras al primero de la tarde, pero fue en su faena al segundo cuando logró enjaretar tandas templadas y valientes, que lograron interesar al coso cordobés. El final con manoletinas fue interesante, pero la espada no viajó con precisión. Acertó el presidente al no conceder una oreja pedida alegremente por algún sector festivalero.

El quinto fue otro toro carente de fuerzas y de raza. Talavante lo intentó en el centro de la plaza, sobre todo por el lado izquierdo, pero ahora ya no fue el mismo torero, al menos no acertó a templar casi nunca al astado. La faena se animó algo ya al final con algunos pases sobre la mano derecha, pero fue algo efímero. Un desarme acabó con la faena y con su tarde. En este toro, Talavante fue el torero aburrido de este año.

Tras ser atendido en la enfermería. El Cordobés salió a lidiar el sexto. El toro se dio una espectacular costalada en los lances de salida. El toro quedó mermado, lo mismo que el torero que lucía un aparatoso vendaje en la pierna y cojeaba de forma ostensible. Comenzó con pases valientes por alto. El animal no tenía fuelle, Julio hizo un esfuerzo por robar pases, algo que fue bien acogido por la plaza. Puso voluntad, pero nuevamente salieron a flote sus carencias, toreó por fuera y metió mucho pico. Aunque tiene la disculpa de que estaba herido, en su faena apenas hubo nada destacado que tuviera un sello de calidad. A pesar de ello, fue premiado con una oreja sencillamente ridícula

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