Cartel1Luis Carlos Peris.– Puede un cuadro soportar todo tipo de explicaciones que aclaren, o intenten aclarar, su rareza. Un cartel debe ser más explícito, mostrar a primera vista qué es lo que se quiere anunciar. Anualmente, la Real Maestranza de Caballería nos sorprende con el cuadro que, a guisa de cartel, anunciará los fastos taurinos a desarrollarse en el primer templo a Tauro. Cada año acudimos al acto del Salón de Carteles con curiosidad, con la pregunta de en qué consistirá el cartel de esta Feria. Y es que en el largo rosario que es esa colección ha habido de todo y, la verdad, muy poco bueno. Hubo hasta uno que parecía salido de los pinceles del más furibundo antitaurino, una especie de antídoto para acercarse a taquilla. El de este año es una explosión colorista que necesitó de demasiadas explicaciones hasta darnos a conocer que el reflejo era en el río y no en un charco.

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