Peris2Luis Carlos Peris.- Estábamos un año más en uno de esos actos que andan grabados en el calendario lúdico de la ciudad. Así como el lunes habíamos tenido sobredosis de Semana Santa y hasta nos habíamos emocionado con la lección de sevillanía recitada por el cardenal en el coliseo del Parque, ayer a mediodía veían oficialmente la luz los carteles taurinos. Unos carteles ya adelantados a cuentagotas por los compañeros que entienden del día a día del ramo, pero que siempre se acogen con la esperanza de que estén acordes con la importancia de la plaza de Sevilla. Por segundo año consecutivo y sin la pretensión de hacer de todo esto una película de buenos y malos, los carteles son un dechado de ausentes. Ausentes que han preferido estar esos días en Aguascalientes, donde el billete es más grande y, sobre todo, el toro más chico. Las razones esgrimidas, excusas y sólo excusas.

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