Manzanares_Madrid16Luis Carlos Peris.- Por fin mereció la pena aguantar las dos horas y media de cada tarde en Las Ventas. Por fin, el toreo brotó en toda su magnificencia para engrandecimiento de la Fiesta. Y brotó de las muñecas de un privilegiado que andaba perdiendo el crédito en puritita progresión geométrica. La tarde del 1 de junio de 2016 quedó grabada indeleblemente en lo mejor de la historia del toreo gracias a lo que Josemari Manzanares recitó en los medios del coso venteño. Así como Chicuelo inventó la ligazón con Corchaíto, el alicantino cinceló el natural con Dalia para que la Fiesta se venga arriba y no perdamos la fe en ella. Mayestático, profundo, solemne y con el temple como religión, Manzanares volvió a ser digno hijo de ese padre al que todos admiramos tanto. Y Las Ventas enloqueció y reconoció que así es el toreo que hace que la Fiesta no tenga fecha de caducidad.

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