Sevilla. 28 octubre 2015. Jesus Moron. Entrevista al torero Diego Urdiales.Carlos Crivell.– Diego Urdiales (Arnedo, 1975) es uno de los toreros que despiertan más ilusiones entre los aficionados abte la próxima temporada. Su calidad torera ya era conocida. Las faenas que ha realizado este año en plazas como Bilbao, Madrid y Logroño le han dado el salvoconducto para torear en muchas plazas que no lo concocen. Además, la bendición que le otorgó el Faraón de Camas al señalarlo como uno de los toreros de más pureza del escalafón acabó por concederle una aureola especial. Diego Urdiales se ha convertido en un torero de culto. La temporada de 2016 debe ser distinta para un matador de toros que ya ha cumplido 40 años y que tomó la alternativa hace más de 15 años. El riojano ha visitado Sevilla y se ha reencontrado con una ciudad que no le conoce como torero. También se ha vuelto a encontrar con Curro Romero. Junto a su monumento Diego expresa su confianza en el futuro.

PREGUNTA.- ¿Se siente bien acogido en Sevilla donde apenas ha toreado?

RESPUESTA.- Muy bien. Aquí se respira toreo por todas partes.

P.- ¿Qué ha cambiado para pasar de torear poco a ser uno de los espadas más esperados?

R.- Han tenido que llegar algunos triunfos muy fuertes y la gente ha reparado en mi existencia. Algunos creen que ha cambiado mi manera de entender el toreo, pero sigo siendo el mismo. Lo que ha ocurrido es que ha habido tardes muy buenas y todos se han enterado. Se ha producido una confirmación por los triunfos y ahora me tienen en cuenta.

P.- ¿Ha cambiado algo en el torero Diego Urdiales?

R.- Nada. Las bases de mi forma de entender la lidia son las mismas. Desde que era un niño siento lo mismo, que fue lo que me inculcó mi maestro Rafael Guerrero, un sevillano de Arahal. Me metió en las venas un forma de toreo que él había sentido en esta tierra. No solo es la forma de torear, también es la forma de entender y llevar la profesión, porque un torero es algo global. Se nos juzga por una faena, pero hay que ser torero en todas partes. Eso me enseñó mi maestro y no lo puedo olvidar.

P.- ¿Qué se siente cuando pasan los años y no llegan los contratos?

R.- Se sienten muchas cosas. Rabia, coraje, desazón, intranquilidad, dudas… Es que da tiempo a todo. Estuve do años en los que no me puse el traje de luces. Se piensa mucho y es la mente la que ayuda a superar esos momentos tan difíciles. Y es cierto que llegan las dudas. Estaba seguro de mis posibilidades, pero si no se pueden expresar se llega a la desconfianza. Se llega uno a preguntar si no será tan bueno como piensa. Pero la llama ha seguido encendida porque mucha gente me ha apoyado, como la familia, los amigos, los aficionados que me conocían, mi apoderado Luis Miguel Villalpando, que siempre confió en mí… Y sobre todo, yo mismo cuando cogía un capote y una muleta sentía algo especial que me mantenía vivo.

P.- ¿Ha pasado apuros económicos sin torear?

R.- He tenido que trabajar fuera del toro. He hecho lo que haría cualquier ciudadano. Era pintor. Cuando acababa el trabajo, todos los días me iba a entrenar.

R.- ¿Pesa mucho que se diga que es usted un torero puro? ¿Qué es la pureza en el toreo?

P.- No sé muy bien ni lo que es el toreo puro. Es una responsabilidad grande que se me asigne como representante de un concepto de toreo clásico y que nunca morirá. Intento torear como lo siento, creo que hay unos cánones o normas éticas del toreo en las que se fundamenta el arte taurino. Si se intenta llevarlas a cabo dentro de la personalidad de cada uno, por ahí se acerca uno a la pureza. Es el respeto a las normas de siempre, que deben adaptarse a la manera de ser de cada intérprete.

P.- ¿Cree que hay poca pureza en los matadores de nuestro tiempo?

R.- Cada uno siente esto de una manera y es libre de hacerlo. No me gusta juzgar a nadie. En mi casi intento hacer lo que me gusta y me llena. Si lo hiciera de otra forma no sería fiel a mi concepto y eso es impensable. Sería una traición a mis principios.

P.- En más de quince años como matador, apenas ha toreado dos tardes en Sevilla en los años 2010 y 2012. Es usted un torero que por sus condiciones debe gustar en la Maestranza. Sevilla no lo conoce…

R.-Es curioso, no me conoce. Pero bueno, parece que el año próximo podré torear en la Maestranza y dejar en esta plaza tan especial algunas muestras del estilo que me hace disfrutar y que puede hacer disfrutar a los aficionados.

P.- ¿Se ha sentido maltratado por la empresa de Sevilla?

R.- No es la palabra. Me he sentido molesto, incomprendido…

P.- ¿Tendrá problemas la empresa para su contratación en 2016, ahora que Diego Urdiales tiene más cartel?

R.- No tendrá ningún problema. No soy rencoroso. Cada parte sabe el sitio que ocupa y lo que quiere y no debe haber problemas para venir a Sevilla. Habrá una negociación normal en que se defenderán los intereses de ambas partes. La empresa ha dicho que quiere que venga a Sevilla, yo estoy deseando venir. No habrá problemas.

P.- ¿Cuánto le debe a Curro Romero?

R.- ¿Qué voy a decir del maestro? Mira su monumento en este sitio privilegiado como expresión de lo que Sevilla lo quiere. Es un mito vivo. Siempre le agradeceré su opinión sobre mi toreo. Aquello que dijo fue la confirmación de que mi espera estaba justificada. Que un hombre tan natural y tan humano se expresara a favor mía me dio una sensación de paz interior, además de que le abrió los ojos a muchos. Ahora soy su amigo. Es un gozo compartir ratos a su lado, oírle, mirarle…

P.- ¿Te vas con la Fusión Internacional de Tauromaquia?

R. Hay contactos pero nada definitivo. Lo único que puedo decir es que Luis Miguel Villalpando seguirá a mi lado.

P.- Con 40 años cumplidos, ¿está a tiempo de escribir tu historia como torero?

R.- Es el momento ideal para escribir mi historia. Llevo ya algunas temporadas bonitas y estoy orgulloso de ello. Parece que el futuro será mejor. Espero poderme expresar bien y disfrutarlo.

P.- ¿Sevilla es la meta soñada para este próximo año?

R.- Sevilla y Andalucía. No he toreado en ninguna plaza andaluza salvo las dos corridas de Sevilla. La Maestranza es uno de mis sueños. Quiero escuchar a Sevilla disfrutando con mi toreo. Ojalá me embista un toro y sea capaz de manifestar en su plaza cómo siento este arte.

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