Diego Urdiales. Foto Rocío de la Oliva Martos

Rocío de la Oliva Martos.– Con el tendido casi lleno de la plaza de la venta «El Tentaero», en Carmona (Sevilla), se lidiaron seis astados, sin herrar, de la ganadería de Morejón para los diestros Javier Conde, Diego Urdiales, Alberto Lamelas, Tomás Campos, los novilleros Diego Miguel Paseiro, que actuó en primer lugar porque lo presentaba y actuaba como director de lidia Ortega Cano, aunque sorprendentemente éste estaba en la presidencia, y en último lugar Curro Márquez. Todo ello, a beneficio de la asociación My Carmona Solidaria.

Diego Miguel Paseiro, con más ganas que experiencia, calentó el ambiente poniendo banderillas, curiosamente al único novillo que le pusieron los palos. Quiso y pudo cortar dos orejas y rabo.

En segundo lugar, un engrasado Javier Conde que acabó por arrancar las dos últimas tandas a su toro antes que se acabara. Incluso mandó a silenciar la banda, ante la intransmisión al público. Cortó dos orejas

Al pasar por el palco se veían colgados tres pañuelos blancos y uno naranja, el futuro de la tarde era fácil de predecir, y así llegó de la mano de un soberbio Diego Urdiales, por el derecho, por naturales y con adornos. A la hora de matar una voz se alzó en el tendido «¡No lo mates!»… Dicho y hecho, Juan Ávila Gutiérrez, alcalde de la localidad, sacó el pañuelo naranja, que ahora tanto está de moda, de la mano de Ortega Cano a su izquierda y Juan Antonio Ruíz Espartaco a su derecha, lugar reservado al veterinario. Le otorgaron dos orejas y rabo simbólico.

Alberto Lamelas, se impuso al complicado que le tocó en suerte. De capote y de muleta. Algo ha debido de influirle el que en su día fue un torero poderoso, Tomás Campuzano. Cortó dos orejas

El último matador actuante, Tomás Campos mostró las buenas cualidades que tenía el quinto, de mucha nobleza pero sin fuerzas, a las tres tandas se le acabó la gasolina y tuvo que tirar de raza. Media estocada fue suficiente para cortar las dos orejas.

Y para cerrar la tarde, el novillero con caballos Curro Márquez, y al curiosamente le tocó en suerte el toro más viejo, aunque más chico, se subió al carro y cortó otras dos peludas.

El indulto busca conservar la casta y bravura del toro, se concede ante el excelente comportamiento en todos los tercios, cosa que no hemos podido ver en el caso del que se lidió en tercer lugar, puesto que no se le pusieron las banderillas. ¿De dónde viene esta moda? No lo se. ¿Hacia dónde vamos? No lo se. Solo puedo decir una cosa; honor y gloria a Cobradiezmos.

En todo caso, concedamos el beneficio de la duda a nivel reglamentario, ya que en el cartel se anunciaba una «fiesta campera», podríamos calificarlo como vacío legal. Supongamos que hay un nuevo tipo de espectáculo en esta Fiesta tan nuestra; tentadero de toros sin banderillas y con muerte, depende de lo que el presidente decida.

Diego Miguel Paseiro, dos orejas y rabo.

Javier Conde, dos orejas.

Diego Urdiales, dos orejas y rabo simbólicos.

Alberto Lamelas, dos orejas.

Tomás Campos, dos orejas.

Curro Márquez, dos orejas. 

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