El matador de toros sevillano Eduardo Dávila Miura volvió a los ruedos por un día en la plaza de Santander para celebrar los 25 años de alternativa. En el primer toro, cuando trataba de recuperar su posición, el toro le tropezó y derribó. De forma dramática fue arrollado por el del Puerto de San Lorenzo, que lo levantó en unos segundos de angustia. Por fortuna todo quedó en una soberana paliza con golpes en distintas partes del cuerpo y la cara. Lo mató y paseó una oreja. En la enfermería se comprobó que no llevaba lesiones mayores salvo los citados golpes. Salió para matar el cuarto con el que dio la vuelta al ruedo.

La corrida fue triunfal para El Juli, que cortó una oreja a cada toro, y para Roca Rey, que la cortó en el sexto.

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