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Salvador Cortés, a hombros (Foto: Álvaro Pastor Torres)

Carlos Crivell.- Salvador Cortés celebró el Día de Andalucía encerrándose con siete toros en la plaza de Écija. El ganado fue más que digno y Salvador anduvo sobrado en técnica y sitio. Cortó seis orejas y fue paseado a hombros al final del espectáculo.

Plaza de toros de Écija. Corrida del día de Andalucía. Media plaza. Toros, por orden de salida, de Parladé, noble; Partido de Resina, malo; Luis Albarrán, de buen juego; Victorino Martín, humillador y a más; Javier Molina, manso y apagado; Los Recitales (6º y 7º de regalo), rajados y de pobre juego.
Salvador Cortés, de salmón y bordados en oro, una oreja, palmas, dos orejas, una oreja, una oreja, una oreja y ovación. Salió a hombros.

Salvador Cortés se vistió de goyesco ya mató siete toros son suficiencia. Estuvo perfecto en cuestiones técnicas, cuando las reses se lo permitieron se dejó ver con buena clase, para acabar fresco como si tal cosa después la lidia. Cortés quería llamar la atención sobre su permanencia en la Fiesta. Ha conseguido su propósito de forma airosa, aunque la intrincada selva del toreo le pondrá trabas para despegar en su carrera. Por su parte no ha quedado.

Se enfrentó a siete toros bien presentados. Esto fue fundamental para que su tarde fuera tenida en cuanta. No se alivió con los toros. Además, llevó reses de distintos encastes para que el aficionado al toro pudiera gozar de la diversidad. Así salieron uno de Domecq, el pabloromero, el murubeño de Albarrán, el de Victorino, el también Domeq de Molina y los de Los Recitales, con origen Osborne y Marqués de Domecq. Un muestrario del toro de lidia actual.

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Natural al toro de Victorino Martín (Foto: Álvaro Pastor Torres)

Salvador Cortés se mostró entregado toda la tarde. Se fue a portagayola en los toros de Albarrán y Molina, los lances a la verónica surgieron con empaque en los toros que mejor se prestaron de salida. Colocó banderillas al de Albarrán con poderío.

La faena de muleta al de Albarrán fue la más completa, aunque tal vez los naturales al de Victorino fueron más largos y profundos. Lo más llamativo de esta corrida fue cómo Salvador encontró siempre los terrenos y las distancias a todos los toros para poder sacarles partido.

Al de Parladé, noble y flojito, le hizo una faena templada que alcanzó más intensidad al natural con la mano muy baja. Fue imposible el de Partido de Resina, tan bello como malo en su juego. Le cortó las dos orejas al de Albarrán en una labor de mucho temple y sentido de las distancias.

El toro de Victorino era templado y humillaba, pero al principio le costaba rematar los viajes. Cortés alargó con temple sus arrancadas y acabó dibujando naturales preciosos. El toro de Javier Molina fue mansito y flojo. Hizo un esfuerzo para extraer pases en todos los terrenos de la plaza. El sexto, de Los Recitales, grande, soso y manso, se dejó a ratos y Cortés lo toreó con entrega incluso cuando se rajó en las tablas.

Regaló el sobrero, también de Los Recitales, malo sin contemplaciones y estuvo solvente. Con la espada estuvo acertado. Solo dos pinchazos en siete toros. Salvador acabó airoso a hombros con la sensación de permanece con sus virtudes de siempre y añade un poso de experiencia más que notable.

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