Luis Carlos Peris.– Desde ayer y hasta que arrastren al último miura será un no dar abasto en cuanto a eventos concernientes al mundo del toro. Ayer se presentaba ese magnífico anuario taurino que coordina Carlos Crivell bajo el patrocinio de Caja Rural y este mediodía aparece en la agenda otro acto ya tradicional. Casi cuarenta años tiene de vida el homenaje que le rinde Ramón Vila a su padre. Desde aquel acto en el inicio de los ochenta en que fueron Curro y Villalba los homenajeados en el local que regentaba Pepe Jaenes en calle Salado, cada martes de Pascua convoca el doctor Vila a la entrega de los premios al quite artístico y al providencial. Hoy, junto al río, Antonio Ferrera y Javier Valdeoro recibirán los premios con que Ramón mantiene viva la memoria de su padre, aquel doctor Vila Arenas que le precedió en la hermosa tarea de velar por la vida del héroe de luces.

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