La Fundación del Toro de Lidia ha remitido una carta al ministro de Cultura en la que le pide su dimisión ante el abandono y desprecio al que ha sometido al mundo de de los toros. Como se sabe, la Fundación ha asumido el mando de actuaciones destinadas a defender a la Fiesta en esta grave situación. La carta firmada por el presidente de la FTL, Victorino Martín, es la siguiente:

Estimado Sr. ministro,

El mundo del toro ha trabajado paciente, respetuosa y lealmente con el Ministerio de Cultura desde que comenzó la crisis. Su respuesta ha sido, sin embargo, el silencio y la discriminación continua de la tauromaquia:

– No nos ha respondido a ninguna de las 10 cartas que le hemos enviado durante este tiempo.

– No se molestó siquiera en responder al documento con 37 medidas suscrito por más de 600 entidades profesionales y de la sociedad civil, un desprecio total a las gentes del toro.

– Nos han excluido de las diferentes reuniones mantenidas con las industrias culturales.

– No ha nombrado siquiera la palabra “tauromaquia” en el decreto de ayudas al sector cultural que aprobó su ministerio.

– Se ha excluido incluso a los trabajadores del sector taurino de las ayudas extraordinarias aprobadas por el Ministerio de Cultura, dejando atrás un colectivo solo por ser taurino.

– Ni siquiera ha salido a defendernos cuando el vicepresidente segundo del Gobierno cuestionó, de manera inaudita, el carácter cultural de la tauromaquia.

Señor ministro, la tauromaquia es una de las principales industrias culturales de este país, tanto en términos históricos como en términos económicos o sociales. El mundo del toro lleva demasiado tiempo siendo discriminado, siendo relegado a un segundo plano, cuando la realidad es que somos el segundo espectáculo cultural por número de espectadores, solo por detrás del cine extranjero. La realidad es que somos el segundo espectáculo en vivo, solo por detrás del fútbol. La realidad es que el 40% por ciento de los municipios españoles organizan festejos taurinos. La realidad es, en definitiva, que somos una de las principales industrias culturales de este país, y que hace demasiado tiempo que no recibimos un trato acorde con nuestra importancia.

Sin embargo, a pesar de esta realidad, la presión ejercida durante los últimos años por una serie de grupos poderosamente financiados que buscan la imposición de su modelo cultural, ha logrado la paulatina relegación del mundo del toro del lugar que por derecho le corresponde. Cuando hablamos de relegación nos referimos a que por ejemplo la tauromaquia recibe en los Presupuestos Generales del Estado 65.000 euros, frente a los 10 millones del teatro, los 30 millones de la música y la danza o los más de 70 millones del cine. Nos referimos a que por ejemplo lleve TVE cuatro años sin retransmitir una corrida de toros, cediendo al chantaje del animalismo en perjuicio de una programación plural que atienda a todos los sectores de la población.

O nos referimos, finalmente, a que en el recientemente aprobado Real Decreto-ley por el que se aprueban medidas de apoyo al sector cultural para hacer frente a la situación derivada de la COVID-2019, ni siquiera se mencione a la tauromaquia. A la tauromaquia, segundo espectáculo de este país, volvemos a repetírselo. Somos millones de personas, aficionados en las plazas, en el campo o en la calle, que
llevamos demasiado tiempo siendo discriminados e incluso censurados, algo incompatible con un estado democrático y de derecho, cuyos poderes públicos tienen la obligación de promover la cultura.

El mundo del toro exige por tanto el sitio que le corresponde en la cultura de España, tanto por su historia, por su impacto económico o por su respaldo social. Exigimos un trato similar al del resto de las industrias culturales, teniendo en cuenta el peso relativo de la tauromaquia, un trato acorde con una de las principales industrias culturales de España. No vamos a aceptar más un papel secundario.
Respetamos que al ministro le gusten más o menos los toros, pero no que gobierne por sus gustos o por el de sus socios de Gobierno. No podemos permitir que un ministro de Cultura ejerza la censura en todos los sentidos, social y presupuestaria, sobre la tauromaquia. El sector taurino exige su dimisión como ministro de Cultura y el comienzo de conversaciones con un ministro que entienda la cultura en toda su amplitud, un ministro que haga honor a su cargo.

Atentamente,

Victorino Martín

Presidente de la Fundación del Toro de Lidia

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