El capítulo XIII del libro de José Luis López, El Toro y su entorno, aborda la características del ganado bravo en Europa y América

XIII.- EL TORO EN EUROPA Y AMERICA

Desde España, cuna y origen del toro de lidia, se exporto a diferentes países de Europa y América, creándose importantes ganaderías. En la actualidad, los países en que se cría el toro de lidia, son, España, Portugal y Francia, en Europa, y México, Colombia Venezuela, Perú y Ecuador, en el continente americano.

En Portugal existe una gran tradición en la cría del toro de lidia y reúne un buen número de ganaderías situadas, la mayoría de ellas, en la parte central del país. Sus toros se lidian con éxito en plazas importantes de España, gozando algunos de un más que reconocido prestigio.

La mayoría de los toros portugueses (un 90 por ciento) procede de Pinto Barreiro, de origen Parladé. El encaste Santa Coloma esta representado en el país luso por las ganaderías de Vinhas Irmao y Norberto Pedroso. Tres descienden de Urquijo: Luís Passanha, Branco Nuncio y José Lupi

En el último tercio del siglo XIX, José Pereira Palha Blanco, fue uno de los principales baluartes para el desarrollo del toro bravo en tierras lusas. La de Palha, fue la primera ganadería portuguesa en adquirir antigüedad en la Unión de Criadores de Toros de Lidia, su ganado se lidio en Madrid el 4 de Noviembre de 1.883. Se formo en 1.848 con reses de origen portugués y de Concha y Sierra, Miura, Trespalacios y Veragua.

Hay importantes ganaderías en Portugal, cuyos triunfos han traspasado sus fronteras además de Palha. Veiga Teixeira, Pinto Barreiros, Condesa de Sobral, José Samuel Pereira Lupi, Murteira Grave, Branco Nuncio, Ribeiro Telles, Vinhas o Passanha, son un buen ejemplo de ello.

En Francia, un país que ha experimentado un notable aumento de la afición por la crianza del toro de lidia, se organizan cada año, gran numero de festejos y por lo tanto se ha incrementado notablemente el número de ganaderías galas, que se asientan principalmente en la zona meridional del país, especialmente en los jugosos pastos de la Camarga.

Es en esta fértil tierra camarguesa, es donde se asienta la ganadería más antigua del país, la de Hubert Yonnet, la única que ha lidiado en plazas españolas como Madrid, Sevilla y Barcelona.

Joseph Yonnet, formo esta ganadería en 1.859, cruzando reses de la Camarga con vacas y sementales navarros de Carriquiri. Progresivamente se ha ido refrescando su sangre con sementales de Veragua, Miura y Pinto Barreiro, habiendo apostado definitivamente, el actual ganadero Hubert Yonnet, por el encaste portugués de Pinto Barreiro.

Existen, además, otras ganaderías de bravos como Herederos de M. André Pourquier, François André, Lucien Tardieu e hijos Aimé Gallon e hijos y Occitania.

México es el país que cuenta con la más antigua vacada del mundo, la de Atenco, con divisa azul celeste y blanca, que data del siglo XVI y fue creada por Juan Gutiérrez de Altamirano, primo de Hernán Cortes, por encargo de este y con autorización de Carlos V, que hizo enviar reses de Casta Navarra, al continente americano.

En 1.522 se anuncian por primera vez estas reses indicando el nombre de Atenco. Estuvo en manos de la familia Altamirano hasta 1.802, que por motivos de herencia, paso a la familia Cervantes y en 1.878 a los señores de Barbosa. Con esta familia es cuando la ganadería vive sus mejores momentos.

En la actualidad, la vacada es muy corta y pasta en una extensión de 70 hectáreas, perdura en el país azteca como una reliquia y su propietario don Juan Pérez de la Fuente, aun conserva ejemplares en toda su pureza.

México ha creado prácticamente un encaste mexicano con vacas y sementales españoles, principalmente de Saltillo y Santa Coloma, del que se nutre gran parte de las ganaderías del resto de los países del continente. La sangre murubeña también esta presente en muchas reses del campo bravo americano.

Actualmente son ganaderías importantes en México las de Don José Garfias, Don Javier Garfias, Don Mariano Ramírez, Cerro Viejo, Xajay, Real de Saltillo, San Martín, San Antonio de Triana, Golondrinas o Don Manuel Martínez.

Después de México, Colombia es el país con mejor ganado bravo del continente americano. Los primeros toros españoles, de la casta Santa Coloma-Buendía, fueron importados por don Ignacio Sanz de Santamaría en los años veinte. A partir de entonces, dos fueron las ganaderías que sirvieron de base para las que vinieron después, Mondoñedo y Aguas Vivas.

En 1.961 los señores Vélez, propietarios del hierro de Aguas Vivas, importan vacas y sementales puros de Buendía, dando lugar, años más tarde a la creación de nuevas ganaderías, lo que hace que el encaste Buendía sea el predominante en el ganado colombiano.

En la década de los setenta, diferentes ganaderos importan vacas y sementales de los mas sobresalientes encastes españoles y llegan a los campos colombianos ganado de Murube, Urquijo, Contreras, Núñez y Domecq entre otros. De esta manera la cabaña brava colombiana se hace con el mejor ganado bravo que se lidia en América, como hemos escrito antes, después de México.

Colombia se convierte en país exportador de ganado bravo y sus reses traspasan las fronteras camino de Venezuela, Ecuador y Perú, tanto para ser lidiados como para crear nuevas ganaderías.

A principio de los años ochenta, el país vive una etapa taurina en alza y las ganaderías se enriquecen importando ganado español: Torrestrella, Carlos Núñez, Fermín Bohórquez, Baltasar Iván o Juan Pedro Domecq, son encastes que viajan a Colombia.

En la actualidad existen cerca de cien ganaderías colombianas, que se agrupan en tres asociaciones, siendo las más importantes las de Guachicono, Achury Viejo, El Capiro, Ernesto Gutiérrez, Garzón Hermanos, Fuentelapeña, El Socorro, Mondoñedo o Las Ventas del Espíritu Santo, propiedad esta, del matador de toros colombiano Cesar Rincón, que la denomino así, en recuerdo a sus triunfos como torero en la plaza madrileña de Las Ventas.

Venezuela es otro de los países americano donde habitan, desde la primera mitad del siglo XX, ganaderías de bravos. Hay registradas casi una treintena de ellas, que se agrupan en su gran mayoría en la Asociación Venezolana de Criadores de Toros de Lidia (AVCTL).

No es el mejor momento de la cabaña brava venezolana, ganaderías históricas como Guayabita y Bella Vista, han perdido todo protagonismo y apenas se nombran, otras como Los Aranguez, Terapio, La Carbonera y Tierra Blanca, se han venido abajo y lidian poco. Esto ha motivado que en los últimos tiempos se importe ganado de Colombia, para abastecer las grandes ferias, pues las pocas ganaderías que tienen garantía como Rancho Grande y El Prado, propiedad del licenciado Hugo Domingo Molina Colmenares, empresario de la Monumental de San Cristóbal o La Cruz de Hierro de don Orlando Echenagucia Hernández, no tienen toros suficientes para cubrir los festejos que se montan.

Hay una serie de ganaderías que están en formación, pero si no se refresca la sangre brava, habrá que seguir importando toros de México y Colombia.

En el Perú se funda la primera ganadería de toros de lidia a mitad del siglo XX, son los hermanos Armando y Fernando Graña Elizalde, los que en su finca de Huando crean la ganadería del mismo nombre, con vacas mexicanas de La Punta y sementales españoles de Domingo Ortega. Fue la base del resto de las ganaderías peruanas.

En la actualidad los encaste predominantes en esta ganadería son Murube y Graciliano. A partir de Huando se forman las vacadas de Las Salinas, con encaste de Urquijo y Tassara; Chuqizongo, de Buendía; Gallese, de Urquijo y Salamanca, de Juan Pedro Domecq. También La Viña importo en su día, junto con Huando, sementales de Ortega y del Conde de la Corte.

En 1.969, debido a la nueva Ley de Reforma Agraria, que atenta contra la propiedad de las ganaderías, estas pasan a ser cooperativas o Sociedades Agrícolas de Interés Social (SAIS), asociadas con comunidades de campesinos indígenas.

Esta ley de Reforma Agraria le vino muy bien al campo bravo peruano, pues se criaban suficientes toros para abastecer todos los festejos nacionales, que se habían visto incrementados en todas las ferias que por entonces se organizaban. La de Lima del Señor de los Milagros contó con catorce festejos en sus carteles.
La época de esplendor comenzó su declive en 1.982, con la promulgación de la Ley de Promoción y Desarrollo Agrario.

Las invasiones de campesinos a las cooperativas, SAIS y ranchos ganaderos, así como los asaltos terroristas, acabaron con la mayoría del ganado bravo peruano. Algunos ganaderos lograron salvar parte de él, llevándoselo a la costa.

Hasta 1.995, el trabajo de nuevos ganaderos importando reses españolas y la afición y la seriedad de los que quedaron, no vieron la luz en la grave crisis en que se habían visto inmersos.

Actualmente las ganaderías más importantes en el Perú son: Huando, Checayani, Chuquizongo, La Uaca y La viña.

En Ecuador, como en Colombia, Venezuela y Perú también comienzan las ganaderías de toros de lidia en la primera mitad del siglo XX. La primera que se creo fue la de Santa Mónica, propiedad de don Luís Ascásubi, con vacas de orígenes navarros y criollos y sementales de la ganadería colombiana de Mondoñedo, origen Vistahermosa-Santa Coloma.

En 1.948, el matador de toros zamorano Félix Rodríguez II y don Lorenzo Tous, dan un paso importantísimo en la creación de ganaderías de bravos en Ecuador, al importar ganado español. Tres toros de Pinto Barreiro (origen Parladé) y vacas españolas, junto a ganado también de importación, dan origen a dos de las ganaderías más importantes del panorama taurino ecuatoriano, la de Tous y la de Huagrahuasi, que traducido a la lengua quechua, quiere decir “La Casa del Toro”.

Pasaron los años y 1.978, fue otro año clave en el devenir de las vacadas ecuatorianas. La escasez de ganado bravo para abastecer los festejos, hizo que el Presidente de la Republica, General Duran Arcentales, pusiera en marcha una campaña para la importación de reses de lidia, creando el mismo la ganadería de San Luís, con reses de origen Juan Pedro y Atanasio. En este año y al amparo de las facilidades gubernamentales, se forman las vacadas de Atillo, Alfredo Barona y Francisco Barona con reses de procedencia Atanasio Fernández; Corinto y Oro, Nieves y Santa Rosa con ganado de Baltasar Iban; Charron, El Rosario y Puchalitola importaron reses de Manuel Camacho; El Arriero, de José Luís Osborne; Huagracocha, de Juan Pedro Domecq y Pasochoa, de Antonio Pérez de San Fernando.

Hoy los hierros que más lidian son Charron, El Arriero, Huagrahuasi y Puchalitola.

A %d blogueros les gusta esto: