En este capitulo, José Luis López aborda el destete y el herradero, capítulo 14-C de su libro El Toro y su entorno.

14.- (C) EL DESTETE Y HERRADERO

Los becerros continúan quemando etapas en sus recién estrenadas vidas. Han pasado los meses de lactancia y el “mamón” se ha convertido en un animal rumiante.

A las pocas horas de su nacimiento, se les ha colocado un crotal oficial en su oreja, portando una identificación provisional, que será definitiva en el momento del herradero, esta identificación va permitir al ganadero destetar antes a los becerros, y así mejorar su desarrollo y su alimentación.

 

El destete, que se efectúa cuando los becerros cuentan con siete meses de edad aproximadamente, se realiza, separando las crías de sus madres, y estas a su vez son apartadas por sexo, en corrales diferentes, a la espera de la identificación definitiva a través del herradero.

Se le llama herradero, a la acción de marcar a fuego a cada res con las señas de identidad que llevaran mientras vivan. Esta operación es de obligado cumplimiento en todos los ejemplares de raza bovina de lidia, por lo que ha de desarrollarse en presencia de representantes de la Autoridad Gubernativa y técnicos del Libro de Registro Genealógico, y supervisada por veterinarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

El Libro Genealógico de la Raza Bovina de Lidia, es un logro relativamente moderno, pues se creo, en Marzo de 1.990, después de arduas negociaciones con la Administración durante años. Originariamente, existía el Libro de Registro de Ganadería, creado el 4 de Abril de 1.968.

El herradero, se puede realizar utilizando el clásico derribo del becerro, sujetándolo en el suelo mientras se efectúa la operación de marcaje, o inmovilizando al animal en un cajón, que deja al descubierto la cabeza y el costado, donde se valla a marcar.

Las señales, que se marcan generalmente en el costado derecho del animal, son las siguientes: el hierro de la ganadería que se señala en el anca; el numero de orden, en el costillar (del 1 al 999); el guarismo, que es el ultimo numero del año ganadero en que ha nacido la res, se marca en la paletilla y se vine haciendo desde el año 1.969, y por ultimo, el anagrama de la sociedad ganadera a la que pertenece, representado por una letra que se grava en el muslo, y que es el componente mas nuevo de identificación, pues se comenzó a marcar en 1.992, poco tiempo después de nacer el Libro Genealógico de la Raza Bovina de Lidia. (1.990)

Desde 1.905, en que se fundó la Unión de Criadores de Toros de Lidia, los ganaderos se han ido agrupando y formando asociaciones, teniendo cada una de ellas un hierro, representado por una letra, que abre el código de cada res registrada en el Libro Genealógico de la Raza Bovina de Lidia, y marcado a fuego en el muslo, de todas las reses que pertenecen a esa misma sociedad ganadera.

De esta forma las letras representativas de cada sociedad, son las siguientes: la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL), tiene como hierro la letra “U”; la Asociación de Ganaderías de Lidia (AGL), la letra “A”; la Agrupación Española de Ganaderos de Reses Bravas (AEGRB), tiene como signo de presentación, la letra “E” y los Ganaderos de Lidia Unidos (GLU), ostentan la letra “L”, como hierro de identificación.

Volviendo al herradero, diremos que esta operación se aprovecha, para practicarles a los machos la marca en las orejas, retirándoles el crotal con el que se les identificó provisionalmente, además se efectúan tareas sanitarias individuales, tales como la administración de vitaminas, la observación de los ojos, desparasitación y tratamientos sanitarios preventivos.

También, y por parte de los veterinarios técnicos del Libro Genealógico, se reseña el pelo de los becerros y becerras. Igualmente queda asentado en el Libro, el Código Genealógico, con que todos los ejemplares de raza bovina de lidia se identifican y que consta de diez dígitos, distribuidos así: un grupo de tres letras, en el que la primera será la letra identificativa de la sociedad ganadera a la que pertenece la ganadería, en el caso de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, seria la U, a continuación dos letras más asignadas por el ministerio para cada ganadería; seguidos de tres números, que corresponderán a los tres últimos dígitos del año ganadero de nacimiento de la res; una letra M o H, que determinara el sexo, y por ultimo tres dígitos que se corresponderán con el numero de orden marcado en el costillar, añadiéndole ceros a la izquierda, hasta llegar a tres.

Así un toro de Concha y Sierra, marcado con el número 23 y que porta un 8 en la paletilla, deberá tener el siguiente código genealógico:

U J J 9 9 8 M 0 2 3

Y viendo el código, podemos averiguar que se trata de un animal de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (U), de la ganadería de Concha y Sierra (JJ), nacido el año ganadero de 1.998 (998), macho (M) y con el 23 como numero de orden (023).

Una vez que se ha finalizado el herradero de toda la camada, se separan por sexo en corrales diferentes y se les mantiene allí, alimentándolos de paja, pienso o heno, durante un periodo de dos o tres meses, reponiéndose del trauma que significa esta operación. En este tiempo se les vigila especialmente, por si mostraran alguna reacción, en las heridas de las marcas.

A partir de este momento, los machos y las hembras van a seguir caminos diferentes.