En el adiós al último de Linares

Luis Carlos Peris.- Hablaba de Ava Gardner y ya no había quien lo callara, recordaba a Luis Miguel desde una admiración trufada con cierto sentimiento de envidia, pero llegaba a Manolete y ahí se rompía. Ha muerto con ciento tres años Paco Cano, ese célebre Canito que con su muerte hace que nadie sobreviva a Linares, a aquella tarde que encogió al país como preludio de una madrugada que ennegreció el luto de una posguerra interminable. Canito, ese fotógrafo que hasta el año pasado venía a la Feria y aguantaba a pie firme desde el paseo hasta que se iba el puntillero, era el último de Linares y roneaba de ello en su mezcla de pícaro e ingenuo. Tras Álvaro Domecq, Canito era el depositario de aquel episodio que tanto marcó a España. Ha muerto con ciento tres años, que ya es cumplir años, y a ver quién cuenta ahora lo de aquella tarde en que Manolete iba de rosa y oro.