Sevilla. Andalucia. Toros, cogida de banderillero. 27 de marzo 2016. Esther LobatoLuis Carlos Peris.- Antañazo, o sea, toda la vida, los trajes de los toreros lucían unos colores perfectamente definidos en el argot. El de rojo iba de grana y oro, el marrón era tabaco y en los azules se abría el abanico con el marino, el cobalto o el purísima. Era el argot y punto, pero la cosa ha ido derivando poco a poco y si hace ya años nos sorprendía cómo Del Moral llamaba davidoff y oro a un tabaco, ahora ha tomado tintes que son hasta divertidos. Con ocasión de la crónica de Utrera, mi entrañable Lorena Muñoz ha abierto la Caja de Pandora para llevar la Semana Santa a Justo Algaba. Y así el verde de Padilla era un redención y oro, el nazareno de Vilches un cigarreras y El Cid iba de azul montserrat. No me diga usted que no tiene gracia la cosa y es que aquí vamos del violín de Arles al cromatismo según Antoñito Procesiones sin necesidad de anestesia. Todo sea por la Fiesta.

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