PerisLuis Carlos Peris.- Respetando absolutamente a los que verdaderamente se mueven por amor a los animales, reconociendo a todos esos que le dieron más importancia a la desgraciada muerte del león Cecil que a la de cualquier humano, desde aquí condeno la posición de esos antitaurinos que no respetan la voluntad del prójimo más próximo. Escribíamos de las tribulaciones de Morante en Palma y en Marbella para declarar que el salvajismo impera entre esos activistas disfrazados de animalistas con un impertinente holandés a la cabeza. Y ahora insisto desde la indignación que nace de no reconocer como congéneres a los que se congratulan en las redes sociales de la cornada sufrida por Rivera en Huesca. Hay que ser excesivamente malnacido para eso y hora es de aunar esfuerzos para contrarrestar ese fascismo que disfrazado de animalismo campa a sus anchas.