La Consejería de Gobernación ha publicado los indultos de reses en plazas de Andalucía en 2008. En total, se les perdonó la vida doce astados. Son cuatro más que en 2007. La nota emitida por Gobernación resalta la importancia del indulto y recuerda que en la Comunidad Andaluza se amplió a las de tercera categoría tras la entrada en vigor del Reglamento Taurino de Andalucía.

A estas alturas del siglo XXI, pienso que nadie se puede mostrar en contra de los indultos de las reses, a pesar del alto grado de subjetividad que conlleva este asunto. El indulto bien entendido es el triunfo de la bravura y dignifica la Fiesta. Hasta aquí, nadie podría oponerse a los indultos de verdad.

Particularmente, no se entiende bien lo de los indultos en plazas de tercera, por la sencilla razón de que los astados que se lidian en tales plazas son siempre inferiores en presencia y hechuras a los que los que saltan en las plazas de primera o segunda. Lo primero que debe tener un toro para acabar como semental son buenas hechuras y buen remate. Es sorprendente que algunas ganaderías lidien toros bien rematados en las plazas de tercera, pero es posible.

Lo que ya no se entiende es que haya habido indultos en plazas portátiles o en festivales taurinos. Incluso se indultó una res en un festejo sin picadores. No es posible que estas reses lleguen al mínimo exigido de presencia para merecer el perdón. Pero hay más, el propio Reglamento prohíbe esos indultos en su artículo nº 60, apartado 5, que dice, de forma literal:

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