Luis Carlos Peris.- Ocurre de vez en cuando que tenemos los humanos razones para reencontrarnos con nosotros mismos. Un día de éstos ha sido el que ha desvelado que un espectáculo taurino ha sido capaz de generar casi 200.000 euros a fin de paliar el cúmulo de necesidades que demanda esa pobreza que hoy se bautiza con el dramático en riesgo de exclusión social cuando no están ya definitivamente excluidos. La vituperada fiesta de los toros ha sido capaz de esto mediante la generosidad de seis hombres que se jugaron la vida gratis el pasado 12 de octubre. Y posibilitado por el desprendimiento de la Maestranza, de la empresa Pagés y de los toreros bajo la coordinación de la efectividad hecha hombre. Efectividad de un alemán del Arenal que atiende por Joaquín Moeckel en una obra que será de gran alivio para una Sevilla que sufre. Todo gracias a los toros, esa fiesta tan atacada.

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