Álvaro Pastor Torres.- El toro Arito, nº 81 de la camada del 2008, de 549 kg. con el hierro de Herederos de Salvador Guardiola Fantoni, lidiado en 6º lugar en la corrida concurso de Valverde del Camino fue designado al término del festejo por el jurado como el toro más completo de la tarde. Su picador, Alonso Sánchez, se llevó el premio al mejor tercio de varas, mientras que el de la mejor lidia quedó desierto. Rafaelillo y Antonio Ferrera cortaron una oreja cada uno.

Plaza de toros de Valverde del Camino (Huelva). Sábado 18 de agosto de 2012. Corrida concurso de ganaderías con motivo de la feria local. Casi tres cuartos de plaza en tarde calurosa. Destacó por el repertorio y la interpretación la Banda Municipal de Valverde del Camino.

Toros de Miura (pronto en el caballo y con las “peculiaridades de la casa” en la muleta), Partido de Resina (acalambrado y escobillado de salida, correcto en varas, brusco y sin humillar en la muleta), Prieto de la Cal (bravo en el caballo y peligroso en el tercio final), Villamarta (bajó en presentación, manso y muy rajado), Conde de la Corte (buen tercio de varas y parado al final) y Hrdos. de D. Salvador Guardiola (notable con las plazas montadas, pronto y alegre al inicio del trasteo pero acabó buscando tablas). Peso de los toros: 581, 551, 539, 501, 540 y 549 kg.

Rafaelillo, de grana y azabache: estocada (oreja); estocada trasera y contraria y tres descabellos (ovación con saludos desde el tercio), y pinchazo y estocada (fuerte petición y vuelta).

Antonio Ferrera, de azul pavo y oro: bajonazo (ovación); metisaca, pinchazo y estocada trasera (silencio), y metisaca en los bajos (oreja)

Hasta el rabo todo es toro. Y fue el sexto y su tercio de varas los que se llevaron los premios de una corrida concurso con notable interés torista en el que casi todos los cornúpetas entraron tres veces al caballo (y algunos más veces ya con una puya de menor entidad). Hasta ese momento el astado de Miura se perfilaba como el ganador, pero el toro criado en la finca El Toruño, muy en Villamarta por su capa, encandiló al público en el tercio de varas y en los inicios de la faena.

Rafaelillo abrió plaza entendiendo perfectamente a un serio Miura hasta el punto de cortarle una oreja de ley. Poco pudo hacer, mas que quitarse del medio al peligroso jabonero de Prieto de la Cal y tiró de oficio con el parado, no siempre cierto y astifino toro del Conde de la Corte.
Antonio Ferrera aguantó la cara por las nubes y la violencia del astado herrado con el mítico hierro de Pablo Romero, liquidó pronto –y en la puerta de chiqueros- al rajado Villamarta, al que había banderilleado y a la vez puesto en suerte él mismo con el capote, y se llevó una oreja del bravo Guardiola que se desfondó fronto. Mal con los aceros.

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