La novillada de Flores Albarrán sacó poca raza. La terna anduvo desiguaul. El triunfo se lo llevó Lamelas porque acertó con la espada. El mejor toreo lo hizo El Sombrerero. Venegas, mal.
H. Flores Albarrán / El Sombrerero, Alberto Lamelas y Venegas
Ganadería: seis novillos d Herederos de Flores Albarrán, bien presentados, justas de raza y de juego variado. Acusaron falta de fuerzas y nobleza. El quinto desarrolló genio. Mejores, segundo y cuarto.
El Sombrerero: cuatro pinchazos y estocada (silencio tras aviso) y dos pinchazos y estocada honda (saludos tras aviso).
Alberto Lamelas: estocada (una oreja) y estocada (una oreja).
José Carlos Venegas: estocada que asoma, pinchazo y dos descabellos (silencio tras aviso) y pinchazo y media estocada (silencio tras aviso).
Plaza de Jaén, 16 de octubre de 2008. 3ª de la Feria de San Lucas. Alberto Lamelas salió a hombros.
Carlos Crivell.- Jaén
La espada es la que corta las orejas. Con una buena estocada se maquillan los defectos de una lidia mediocre o una faena sin argumentos. La misma espada se encarga de llevar al limbo labores de alto voltaje. Así que el balance de los toreros es, muchas veces, poco fiel a lo realizado en la plaza, y suele responder a cómo ha funcionado el estoque en la hora de la verdad.
La novillada que abría el cilco continuado de la Feria de Jaén fue una buena prueba de la importancia del buen manejo de la espada. Alberto Lamelas abrió la puerta grande del coso al cortar sendas orejas después de dos faenas animosas que acertó a rematar de buenas estocadas. Por contra, Manuel Ocaña «El Sombrerero» se quedó sin premio por labores más intensas que no tuvieron la rúbrica del acero.
Lamelas se mostró toda la tarde como un novillero bullidor, toreó con ganas y variedad con el capote, puso banderillas con mayor voluntad que lucimiento y muleteó con estilo desigual a dos novillos de condición diferente. El lidiado en segundo lugar se dejó por el lado izquierdo y entonces se reposó el espada de Cortijos Nuevos. El quinto fue de mala condición por sus muchos cabezazos, especialmente al final por el lado izquerdo. Lamelas toreó con entrega y se ganó al respetable. Lo mejor, las dos estocadas que le permitieron pasear dos orejas.
El Sombrerero estuvo bien al torear por el lado izquierdo ante el que abrió plaza, novillo flojo y de poca raza. El animal acabó en las tablas. En el cuarto, el novillero de Alcaudete ligó los mejores muletazos de la tarde en dos tandas de mando y temple con la izquierda. Fue un toreo reposado y de clase. Sin embargo, Ocaña estuvo negado con la espada y lo que pudo ser un triunfo sonado se quedó en nada.
La actuación de José Carlos Venegas fue una sorpresa negativa para el crítico. Desde aquellas novilladas sin caballos en Sevilla al momento actual se ha producido un cambio notable en este espada, naturamente un cambio negativo. Parece que quiere torear muy amanoletado, pero ello conlleva que sus trasteos son fríos y de escasa emoción. No tuvo novillos buenos, pero su labor fue una sucesión de pases sin que el chaval le pusiera el calor necesario para interesar a la parroquia. Venegas se mostró apático con las telas y mal con la espada.