Será uno de los acontecimientos de la Feria malagueña. Javier Conde festejará sus diez años de alternativa lidiando seis toros como único espada en Málaga. La noticia ha causado gran expectación por las características de Javier como torero.
– ¿Cómo decide Javier Conde encerrarse en solitario con seis toros en la Feria?
– Todo comenzó un día tentando en la finca de Martín Lorca, cuando hicimos un recorrido por mi vida y pensé que era el momento de hacerlo. Cualquiera no puede matar seis toros en Málaga, que la afición te lo permita, que la gente piense que es un acontecimiento, eso sólo se presenta una vez en la vida. De forma que si no lo hago ahora, tal vez nunca tenga una oportunidad de hacerlo. Hace ya muchos años lidié seis toros en solitario en Puerto Banús, pero en La Malagueta será la primera vez que lo haga.
– ¿Cómo está el torero cuando falta tan poco tiempo para la encerrona?
– El torero está toreando mentalmente la corrida en cada momento. He soñado que será un día en el que todos sabrán que en Málaga un torero de la tierra ha hecho algo importante. Además, se podía pensar que me abruma la responsabilidad y que hubiera sido más cómodo torear dos corridas con una terna, pero en absoluto, estoy encantado de verme en esos carteles de la Feria de mi ciudad. He hablado con muchos toreros y todos me recuerdan que en La Malagueta cuajaron un toro que nunca se les podrá olvidar. Hablo de Manzanares, Capea, Ponce y muchos más. En fin, es mi plaza, allí hay una placa, junto a la de Antonio Ordóñez, que recuerda una faena mágica. Todos son motivo de alegría por hacer en solitario ese paseíllo.
– ¿Se ha preparado el torero especialmente para una corrida tan especial?
– Mi forma de ser torero me impide preparar nada. El interior me domina y va creando conforme van sucediendo las cosas dejaré riendas sueltas a lo que sienta en cada instante. Será una tarde tremendamente sentida y apasionante porque me emocionaré de estar en la plaza. Ahora bien, espero que la afición me acompañe y que me embistan los toros, por lo menos un par de ellos.
– Javier Conde despierta muchas pasiones en Málaga, algunas por amor y otros por lo contrario. ¿Cómo espera a la plaza en esta fecha del 19 de agosto?
– Málaga es muy especial. Por mi parte, desde que soy un crío me he entregado por todo lo que ha necesitado. No ha habido ningún acto, festival, lo que sea, donde hiciera falta mi presencia y siempre he estado el primero. Presumo de ser malagueño en todas partes. Muchos toreros han tenido dificultades para entrar en esta plaza. Es el caso de Ponce, que sólo desde hace unos años ha podido considerarse un torero preferido de esta afición. Por mi parte, acepto la reacción de todos, incluso llego a comprenderla. Es una plaza con personalidad. Creo que, en el fondo, es que esperan mucho de Javier Conde y me exigen siempre lo mejor.
– ¿Qué significado tiene este festejo dentro de una temporada con menos actuaciones que el año pasado?
– Este es un año distinto; lo del año pasado no va con mi forma de entender el toreo. Estoy en un momento insultante de alegría porque hace poco he cuajado toros en Valdepeñas, Tolosa y Azpeitia que me confirman que el momento es muy dulce. No puedo considerar que esta corrida sea una llamada de atención. Las llamadas me las hago a mi motivación para mejorar y recrearme en mi profesión. No puedo encerrarme con seis toros para torear muchas más corridas. Lo importante para mí es que grandes figuras me llaman para darme las gracias porque me cuentan que han disfrutado mucho conmigo. También mi satisfacción es que tengo muchos amigos que me jalean cuando estoy toreando.
– ¿Cómo ve el futuro Javier Conde en cuanto a su permanencia en los ruedos?
– Llevo ya mucho tiempo pensando que el momento de recoger velas se acerca. Mi carrera no ha sido fácil. Hasta los nueve años de alternativa no había debutaba en multitud de plazas. Ha sido mucho tiempo con dudas sobre mi propia realidad. Lo que tengo claro es que mi futuro tendrá un punto final cuando, después de cuajar un toro, no sea capaz de transmitir ninguna emoción a los que me estén viendo. Y eso llega, aunque nos pese.
– ¿Cómo acaba esa corrida del 19 que lleva tanto tiempo soñando?
– Acaba muy bien, pero siempre con una imagen muy apetecida: que la gente salga dando muletazos de La Malagueta. Lo de las orejas casi es secundario.
– ¿Por qué una corrida de Martín Lorca?
– Porque es una ganadería malagueña y eso le añade un punto emotivo a la corrida. Además, me trae buena suerte el ganado de Martín Lorca porque he cuajado muchos toros. Comprendo que José Luis esté preocupado, pero estoy confiado en que los aires de Málaga le hagan embestir a unos cuantos.