Jesús Fernández, Jesuli de Torrecera en los carteles, es hasta el momento el único novillero que ha logrado cortarle dos orejas a un novillo en Sevilla. Fue día 18 de mayo a un bravo astado de Torrealta para el que se pidió el indulto. El novillero gaditano rayó a gran altura, estuvo al nivel de un animal tan espléndido y ha dejado abiertas las puertas de la Maestranza para volver este mismo año.
Jesuli es un novillero curtido en el campo y la Escuela Taurina de Jerez. Su aprendizaje ha sido muy duro. Esta novillada de Sevilla era de cara o cruz para su futuro. “Ponía en juego mi futuro por muchas cosas. Este mismo año ya había toreado en Madrid y no hubo suerte; además, venía de una cornada fuerte a principios de año en Tecla, o sea que Sevilla era el último cartucho que tenía para dar una llamada de atención”.
Sobre esa tarde del 18 de mayo hay versiones para todos los gustos. El excelente novillo lidiado en cuarto lugar cayó en manos de Jesuli y le cortó las dos orejas. Para el novillo se pidió el indulto. Jesuli vio así las cosas. “Desde el principio se vio que el novillo era muy bueno, tenía mucha transmisión y fijeza. Por dentro, pensaba que era una papeleta difícil porque tenía que estar a su altura. Mi intención era hacer bien las cosas, poner el engaño por delante y citarlo de lejos. Había que tener la cabeza muy fría y los pies muy asentados. Bueno, creo que todo me salió bien”.
El novillero piensa que todo salió bien “porque estaba preparado para una ocasión así, porque si no lo estoy entonces me manda para casa. Yo estoy totalmente satisfecho de cómo salió todo, la prueba es la forma de reaccionar del público. Siempre queda por dentro algún pellizco de si podía haber hecho algo más, pero estoy contento. Ese novillo era más difícil que uno malo, porque si no estoy bien hubiera sido la puntilla para mi carrera”.
Hace un repaso de su dura carrera taurina, en la que ha habido momentos complicados, como los del comienzo de esta temporada. “Sí; este año estaba bien planificado, pero por causas distintas me quedaba sólo Sevilla. Es bonito tener esa responsabilidad de jugarte el futuro en unas cuantas tardes. Mira, por la mañana en el hotel le contaba a los amigos que estaba seguro que por la tarde pasaría algo grande. Fue un día intenso, el ambiente era perfecto, era una novillada de lujo por el ganado y por los compañeros, en fin, que estaba muy mentalizado y tuve suerte”.
¿Para qué sirve un triunfo de dos orejas en Sevilla? Hay quien piensa que cada vez menos, pero no es de la misma opinión Jesuli, “porque gracias a este triunfo se me han abierto muchas puertas; la temporada cambiado y, de momento, repetiré en Madrid. Ahora todo está algo más claro”. Y está tan claro que este mismo año volverá a la Maestranza. Será en septiembre en una novillada que sus apoderados ya han cerrado con la empresa Pagés. “Esa novillada será definitiva para el futuro”.
Ha hablado de futuro y surge como paso inmediato el de la alternativa. “No quiero andarme con rodeos, pero ahora mismo sueño con una alternativa en Sevilla el año próximo en la Feria”. Lo ha dicho, se le pregunta sobre las circunstancias que deben ocurrir para ese desenlace y matiza que “si estoy bien en Sevilla en septiembre podría aspirar a esa alternativa”.
Y como principal testigo del gran novillo de Torrealta. Jesuli de Torrecera tiene muy claro que “merecía el indulto”. Aclara que “tal y cómo está el ganado, un novillo tan bueno podría haberse indultado”.
Jesuli hizo lo posible para así ocurriera. “Por mi parte quise alargar la faena para que la gente se sumara a la petición y para que el presidente sacara el pañuelo naranja, pero me dijo el alguacilillo que lo matara y así tuve que hacerlo”. Piensa que la primera vara que tomó en el caballo de reserva no era un problema de falta de bravura, “sino todo lo contrario, porque vio al caballo y se fue lanzado, lo mismo que se hubiera ido al otro si lo ve primero. Ese novillo tenía todas las condiciones que se pueden soñar por los toreros, los públicos y el ganadero”.
Cuando cogió las orejas era el torero más feliz del mundo. “Era un problema grande y creo que lo superé. Ese momento me permitía seguir soñando con ser torero”.