Carlos Crivell.- En Barcelona, a 11 de diciembre de 2009, se ha consumado un nuevo desencuentro entre José Tomás y la Empresa Pagés, de forma que el de Galapagar no actuará en la Maestranza en la próxima temporada. En su día firmé un texto diciendo lo contrario; bueno es ofrecer algunas explicaciones.

En la primera reunión entre las partes había sintonía total. Se habló de dos corridas, de fechas y de ganaderías. La mejor prueba es que inmediatamente la empresa Pagés fue a la ganadería de Núñez del Cuvillo para dejar apartada una corrida para la vuelta del diestro a Sevilla. Álvaro Núñez del Cuvillo admitió que el precio a pagar serían 18 millones de pesetas, pero dijo a todo el mundo que la corrida era para José Tomás en Sevilla, y que si el espada no actuaba en la Maestranza, no había corrida para Sevilla. Me lo comunicó personalmente y también en algunas entrevistas posteriores, donde fue más lejos y anunció que “si Tomás no torea n Sevilla, la corrida irá a Málaga, aunque perderé dinero”.

A primeros de noviembre se vieron de nuevo en Sevilla Salvador Boix, apoderado de Tomás, y los empresarios. Se matizó sobre lo hablado. Según Boix, lo único que se impone es que Tomás no abrirá cartel y que las corridas (una o dos) no serían televisadas.

Faltaba el remate del dinero. Todo el mundo sabe lo que cobrará José Tomás por torear en Madrid y en Bilbao (donde entregará sus ingresos a la Casa de Misericordia). Boix obliga a los empresarios a viajar a Barcelona. Allí hay una petición de dinero y contraoferta. Eran dos mundos distintos. El mismo viernes 11 de diciembre se ven las caras las partes. Las posturas eras muy distantes. Los empresarios se volvieron a Sevilla y dieron por rotas las negociaciones. José Tomás comenzó a negociar con Málaga inmediatamente.

¿Qué ha pasado? De un lado, cuando parecía que Tomás pisaría la Maestranza se conjugaban algo fundamental: la necesidad mutua de ambas partes para llegar a un acuerdo. Tomás le hace falta a Sevilla y Sevilla es necesaria para el de Galapagar. Nadie podía pensar que tras esos primeros diálogos, el tema se rompería por cuestiones económicas. Según dicen el torero y su apoderado, en Sevilla no va a torear por menos dinero que en Bilbao o Madrid. Según la empresa, lo que pide Tomás no se puede pagar porque convierte el festejo en cuestión en una ruina.

El torero ha llegado a manifestar en sus círculos íntimos que no es que quiera ganar una barbaridad, sino que tiene que mantener un nivel similar en todas las plazas. Y que estaba dispuesto a dejar sus ganancias para alguna entidad benéfica sevillana, como ha hecho en Bilbao.

Tomás pide mucho dinero. Parece que su equipo tiene bien estudiadas las plazas y afirman que las empresas no pierden dinero con su contratación. La empresa sevillana no quiere llegar a esas cantidades. Sólo dos cosas quedan mal explicadas. De un lado, la empresa dice que le dijo a Núñez del Cuvillo que la corrida era para Sevilla, la toreara Tomás o no, cuando el ganadero dice que todo quedó claro y que era para José Tomás. Y parece que la empresa no sabía lo que le pagarán al torero en Madrid y en Bilbao, porque su contraoferta queda lejos de esas cantidades. En estos momentos, quien quiera contar con José Tomás debe saber por donde andan sus pretensiones.

Al final, lo que parecía hecho se ha roto y Tomás volverá a estar un año más lejos de Sevilla. Será preciso acudir a Málaga, Córdoba, Olivenza, Badajoz, El Puerto, Almería y Linares para verlo. El aficionado no entiende bien cómo no puede torear en Sevilla y lo hace en esas plazas andaluzas y extremeñas. El torero pierde porque para su propia credibilidad le hacía falta la Maestranza. Y la empresa pierde porque para su prestigio y para el incremento del abono era fundamental este torero.

Los que pierden de verdad son los aficionados de Sevilla, que no podrán ver en la Maestranza al fenómeno del toreo actual.

 

A %d blogueros les gusta esto: