JULIO ROBLES Y SEVILLA

14 DE MAYO DE 1972. Novillada con picadores. Reses de la Viuda de Diego Garrido, para José Luis Rodríguez, Julio Robles (oreja) y José Ortega.

1 DE JUNIO DE 1972. Novillada con picadores. Reses de Núñez, para Julio Robles, Niño de la Capea y José Luis Rodríguez.

15 AGOSTO 1975. Corrida de toros. Reses de Ruchena, para Marismeño, Julio Robles y José Luis Galloso.

10 ABRIL 1983. Corrida de toros. Reses de Marqués de Domecq. Manolo Cortés, José Luis Galloso y Julio Robles.

15 ABRIL 1986. Corrida de toros. Reses de Manolo González. Julio Robles, Emilio Muñoz y Espartaco.

1 OCTUBRE 1988. Corrida de toros. Toros de Torrestrella. Julio Robles, Roberto Domínguez (2 orejas) y Pepe Luis Vargas.

13 ABRIL 1989. Corrida de toros. Reses de Manolo González. Julio Robles (2 orejas), Tomás Campuzano y Víctor Mendes.

21 ABRIL 1990. Corrida de toros. Reses de Gabriel Rojas. José Luis Parada, Julio Robles y Víctor Mendes.

24 ABRIL 1990. Corrida de toros. Reses de Cebada Gago. Julio Robles, Juan Mora y Joselito.

Asistió el 10 de abril de 1999 a la corrida de Sevilla. Toros de Gavira, para José Antonio Campuzano, Curro Durán y Vicente Bejarano, que cortó una oreja. Los tres diestros le brindaron un toro.

El torero castellano Julio Robles, de larga trayectoria en los ruedos, no toreó con asiduidad en la Real Maestranza. Su paso por el coso sevillano se resume en dos novilladas con picadores y siete corridas de toros.

Julio Robles, compañero en sus comienzos de Capea y de Manzanares, toreó dos novilladas de lujo en la temporada de 1972. El día de su presentación en Sevilla cortó una oreja a un novillo de la Viuda de Diego Garrido. Le acompañaron en el cartel José Luis Rodríguez y José Ortega. Volvió esa misma temporada el día 1 de mayo junto a Niño de la Capea y Rodríguez para lidiar un encierro de Núñez.

Cuando tomó la alternativa en Barcelona el mismo año 1972, Julio era un novillero prometedor. Los carteles de la feria de Sevilla aparecían mayoritariamente ocupados por toreros de la tierra. De ahí que Robles no pudiera debutar en la Maestranza como matador de toros hasta el 15 de agosto de 1975, fecha en la que se lidiaron toros de Ruchena por Marismeño, Gabriel Puerta y el torero castellano.

Pasaron muchos años, hasta 1983, para ver a Robles hacer el paseíllo en la Feria de Abril. Sus temporadas no eran muy brillantes y su media de festejos por año rondaba las treinta corridas. El día 10 de abril de 1983 toreó con Manolo Cortés y José Luis Galloso una corrida del Marqués de Domecq. No pasó de discreto.

El torero nacido en Fontiveros (Avila) había comenzado a destacar con buenas actuaciones en Madrid. En la fecha histórica del día del entierro de Francisco Rivera Paquirri, sobre el mismo albero de la Maestranza, Robles comentó que “más tarde o más temprano espero cuajar un toro en esta plaza”.

Los triunfos se sucedían, de ahí que en la feria sevillana de 1986 Diodoro Canorea le contratara para dos corridas de toros. Las cosas se torcieron de mala manera, de forma que en la primera de ellas no actuó. Los toros anunciados para el 11 de abril, de Luis Algarra, fueron rechazados. Robles se quitó del cartel y la corrida quedó en mano a mano entre Tomás Campuzano y Pepe Luis Vargas. La segunda tarde, el 15 de abril, con toros de Manolo González y acompañado de Emilio Muñoz y Espartaco, Robles cumplió sin brillo.

Su nueva tarde en Sevilla fue en la feria de San Miguel de 1988, el día 1 de octubre. Se lidiaron toros de Torrestrella y sus compañeros fueron Roberto Domínguez y Pepe Luis Vázquez. Fue la corrida del triunfo de Roberto Domínguez, que cuajó los dos toros y le cortó una oreja a cada astado.

El día 13 de abril de 1989 vivió su momento de gloria sevillana. Esa tarde, Julio Robles tuvo su mejor tarde en Sevilla en la corrida de Manolo González. Le acompañaban Tomás Campuzano y Víctor Mendes. Fueron dos faenas de mucha estética, limpias y toreras, que Sevilla supo entender y premiar con una oreja de cada toro. Es posible que esa tarde le recompensara como torero y fuera la que soñaba el día que su amigo Francisco Rivera era paseado a hombros en su postrera vuelta al anillo maestrante.

Ese triunfo de 1989 le sirvió para torear dos corridas en la feria de 1990. El día 21 de abril, frente a los toros de Gabriel Rojas y con José Luis Parada y Víctor Mendes. El día 24 del mismo mes abrileño, con toros de Cebada Gago y Juan Mora y Joselito de compañeros. En ninguna de las dos ocasiones volvió a triunfar.

Esa temporada de 1990 tenía una fecha en el calendario en el que Robles estaba citado con su destino. El día 13 de agosto, en la plaza de Beziers, un toro de Cayetano Muñoz, de nombre Timador, puso fin a su carrera al cogerlo y producirle la rotura de la médula espinal con la consiguiente paraplejia. Ya no volvería a torear nunca más este buen torero.

La enfermedad la asumió con grandeza. Sus compañeros no le abandonaron, al contrario que otras personas más cercanas. Se dedicaba a la fiesta por completo y cuidaba su ganadería con esmero. El día 10 de abril de 1999 apareció en la Real Maestranza de nuevo. Sentado en su silla de ruedas, Julio Robles acudió a presenciar una corrida de Gavira en la actuaban dos espadas de su generación: José Antonio Campuzano y Curro Durán. Con ellos, el joven Vicente Bejarano, que esa tarde logró una oreja de mucho peso.

Se colocó en la puerta de salida del tendido 9 y allí fue reconocido por los diestros y los aficionados. Los toreros le brindaron un toro cada uno de ellos, Sevilla le brindó una ovación cariñosa, como las que esta plaza dedica a los que quiere de verdad.