Foto: Álvaro Pastor Torres

Álvaro Pastor Torres.– El mal estado del ruedo, provocado por las fuertes lluvias de ayer, a pesar de los esfuerzos de los operarios municipales; los problemas derivados de un ganado con casta, falta de fuerzas y algunos problemas más de lo habitual en estos tiempos; la bisoñez de los actuantes, y en muchas fases de la lidia la falta de un espíritu combativo, ambicioso y enrazado por parte de los novilleros marcaron un festejo donde las orejas se dieron con excesiva benevolencia.

Se esperaba con interés la presencia de los erales con el mítico e histórico hierro de Santa Coloma-Buendía, que tan poco de prodigan. Bellos ejemplares, justitos de fuerza y que vendieron caras sus vidas, siempre con la boca cerrada y un prodigioso sentido de la orientación progresiva ante unos chavales demasiadas veces desbordados y volteados de fea manera.

Plaza de toros de La Algaba. Sábado 15 de septiembre de 2018. Novillada sin picadores. Segundo festejo del XL ciclo de promoción de jóvenes valores de la tauromaquia. Dos tercios de plaza en tarde casi otoñal.
Cuatro erales de Joaquín Buendía, bien presentados, un punto flojos y encastados, destacó el tercero.
Javier Illanguas (de La Algaba): oreja
Antonio Manuel Carbonell (Escuela Taurina de La Algaba): oreja
Miguel Zazo (Escuela Taurina de Toledo): oreja
Luis Manuel Romero (Escuela Taurina de La Algaba): oreja

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