Chicuelo, el torero de Sevilla

A partir de 1921 comienza un tiempo diferente en la Fiesta de los toros. La muerte de Gallito modifica la situación, de horma que los toreros de la década de los veinte tienen la característica de la variedad bajo las fórmulas impuestas por los colosos sevillanos. Hasta 1930, aparecen diestros más dominadores, al estilo Gallito, como Granero, Armillita, Marcial Lalanda y Manolo Bienvenida. Los hay de influencias de Belmonte, como Antonio Márquez, Niño de la Palma, Curro Puya, Antonio Posada y Cagancho. Sin embargo, todos mezclan los estilos, porque ambas formas tenían que estar presentes, el dominio y la pureza, para ser buenos toreros.

En Sevilla nació un matador de toros fundamental en el toreo de estos tiempos: Manuel Jiménez Chicuelo. Como detalle curioso, la primera corrida de la temporada de 1921 es una encerrona de Chicuelo con seis toros, aunque ese día consumó un sonado fracaso. La Feria de ese año se formó con seis corridas y la citada de los seis toros de Chicuelo. La Feria comenzaba a crecer. Belmonte, muy triste por la muerte de su compañero de tantas tardes, deambuló sin ganas en todas las corridas de ese año. Completaron los carteles Manolo Belmonte, Alcalareño, Manolo Granero y El Gallo. Este último le cortó las dos orejas a un toro de Guadalest el 20 de abril. Chicuelo se las cortó a uno de Miura el día 21.

Merece recordar el paso por Sevilla de Manolo Granero, torero valenciano, llamado a ser el sucesor de Gallito, que había tomado la alternativa en Sevilla el año anterior de manos de Rafael El Gallo. Granero sólo completó una temporada completa en los ruedos, esa de 1921, porque el destino le esperaba de forma fatal el 7 de mayo en Madrid para morir en el ruedo.

Manuel Jiménez Chicuelo es uno de los grandes toreros de la historia. Su importancia es fundamental. Recibió la alternativa de manos de Juan Belmonte y fue el padrino de Manolete, es decir que unió a dos figuras de época. La importancia de Chicuelo no está sólo basado en su rango de torero de Sevilla, que lo fue, sino en su propia trascendencia torera por su faena al toro de Graciliano Pérez Tabernero de nombre Corchaito, realizada en Madrid el 24 de mayo de 1928, que supuso la primera de varios naturales ligados a un toro. El sevillano fue la gracia personificada, el arte sublime de la tierra sevillana en un ruedo, que sin embargo, alcanzó más notoriedad por las chicuelinas, que incluso no es un lance de su invención, sino que lo había dado antes el torero cómico Llapisera. Chicuelo murió en Sevilla el 31 de octubre de 1967.

En la feria de abril de 1922 se produjo de los acontecimientos más tristes ocurridos en la Maestranza. El 21 de abril, un toro de Guadalest hirió de muerte al matador de toros sevillano Varelito. El espada sevillano moriría el 13 de mayo. En la corrida de su cornada actuó junto a Granero, que se despidió de él hasta la corrida del 7 de mayo en Madrid, fecha en la que ambos estaban anunciados. Varelito le dijo: “No, tocayo, no nos volvemos a ver. De esta no salgo. Te deseo mucha suerte en Madrid” La suerte fue que Pocapena, de Veragua, segó al vida de Granero.

La de 1923 fue una feria corta. Apenas tres corridas con actuaciones de Fortuna, Maera, Chicuelo, Lalanda y Juan Luis de la Rosa. Como dato añadido de este año, en junio debutó como novillero en la Maestranza Luis Fuentes Bejarano, un formidable estoqueador en su faceta lidiadora y un cabalero que ha paseado su torería por Sevilla hasta hace pocos años.

Más fecunda fue la Feria de 1924, que tuvo su tarde culminante el día 30 de abril con la actuación de Marcial Lalanda con una corrida del Conde de la Corte. Fue una mala feria para Chicuelo y también torearon Pepe El Algabeño y Antonio Posada. El resto de la temporada aportaría otras novedades, como la gran tarde de Maera en la de la Prensa, la actuación de Juan Belmonte como rejoneador, el alboroto de Cagancho como novillero en una nocturna del verano y la presentación del Niño de la Palma.

En diciembre de 1924 falleció en Sevilla el trianero Manuel García “Maera”, que había comenzado como banderillero de Belmonte y acabó siendo un ídolo de Sevilla. Era valiente como pocos, buen capeador, excelente banderillero, sobrado muletero y gran estoqueador. Su vida se truncó por una tuberculosis apenas con 28 años.

En 1925 se celebraron cinco corridas con la presencia de Chicuelo, Valencia II, Manolo Litri, Facultades, Posada, Martín Agüero y De la Rosa. Fuera de la Feria, la noticia fue la reaparición de luces de Belmonte y la presentación del novillero Curro Puya en un festejo con Cagancho el 15 de agosto. Tiempos de esplendor para el toreo gitano.

Se celebraron seis corridas en la Feria de 1926 y en todas actuó Chicuelo con desigual suerte. Se presentó el maño Nicanor Villalta y cortó una oreja, lo mismo que Antonio Posada en una miurada que salió imposible. Fuera de la Feria, Belmonte y El Gallo torearon el 15 de agosto con Sánchez Mejías.

Nuevos toreros aparecen en la cartelería de 1927: Niño de la Palma, Rayito, y Antonio Márquez, llamado el Belmonte Rubio. Los encierros más prestigiosos son los de Villamarta, Santa Coloma y Miura. Fue un ciclo malo, en el que apenas Rayito logró cortar alguna oreja.

Sigue toreando Chicuelo en Sevilla en 1928. La Feria sigue con sus seis festejos, incluyendo el de la inauguración de la temporada el Domingo de Pascua. Descansó Belmonte y triunfa de forma apoteósica El Algabeño, que corta el 21 d abril cuatro orejas y dos rabos. El buen estoqueador fue el dueño de la Feria.

El año de la Exposición Iberoamericana, 1929, es un año de pocos triunfos en la Feria. El acontecimiento más cantado fue el petardo de Cagancho el día 20 de abril, que debió ser de época porque el gobernador le prohibió salir a torear al día siguiente. Se anuncian Félix Rodríguez, Curro Puya, Mariano Rodríguez, El Algabeño el Niño de la Palma y Enrique Torres. Chicuelo abrió la temporada y no volvió hasta junio.

Si el año 1921 se abrió con Chicuelo como único espada, la de 1930 se abre con una mano a mano del torero de la Alameda con Cagancho. Manuel Jiménez ha sido la constante sobre la que ha girado el toreo sevillano en esta década. En la Feria del año 30 torean, además de Chicuelo y Cagancho, Andrés Mérida, Lalanda, Manolo Bienvenida, Fortuna y Mariano Rodríguez.

La Feria de Abril era aún corta en cuanto a festejos. La temporada sevillana era más intensa en otras fechas. Las figuras acudían a la Maestranza en verano con tranquilidad y San Miguel era un ciclo de corridas de lujo. Se cierra con el año 1930 otra etapa del toreo en Sevilla, en la que Chicuelo fue el gran animador.