LAS FERIAS DEL SIGLO XX EN LA MAESTRANZA

Tarea complicada la de plasmar en un texto limitado los hechos más sobresalientes de un siglo de Ferias en la Maestranza. No se pretende hacer una enumeración detallada de hechos, pero la intención es dibujar los perfiles más llamativos de cien años en las primaveras de Sevilla.
Para que el trabajo sea más ameno y menos prolijo en fechas y datos, se ha dividido el siglo XX en décadas, que serán la guía para que el aficionado comprenda mejor la evolución del toreo en su expresión más brillante, como es la Feria de Abril de Sevilla.

1901-1910: En los primeros años se celebran sólo tres corridas de toros, de tal forma que siempre había festejo el 18 de abril. Ya entonces era de obligada presencia la corrida de Miura, que mataban espadas como Bombita y Fuentes. En 1904 se celebran cuatro corridas de toros y aparecen Machaquito, El Gallo y Antonio Montes. Ya en 1907 torea Pepete. Fue curiosa la corrida del 20 de abril de 1909, fecha en la que los toros de Miura mandaron a la enfermería no sólo a Pepete, Moreno de Alcalá y Francisco Martín Vázquez, los tres espadas anunciados, sino que también cayó el picador Malasangre y un espontáneo. La corrida se suspendió en el quinto por falta de lidiadores.

1911-1920: Estamos en los albores de la edad de oro del toreo, como lo anuncian nombres históricos. Vicente Pastor actúa las tres tardes del año 1911, mientras El Gallo se anuncia en las cuatro que se ofrecen en 1912. En 1913 irrumpe en la Feria de Abril José Gómez “Gallito”, conocido como Joselito, probablemente el lidiador más completo de la historia del toreo. En el año 1913 lidian la de Miura los diestros Bombita, Rafael El Gallo y Joselito. Está claro que no hay color con los carteles de ahora en la corrida del domingo de la Feria. Y otra corrida para la historia es la del 21 de abril de 1914. Juan Belmonte, el Pasmo de Triana, lidia su primera corrida en Feria. Venía lesionado de Madrid, muchos dudaban de su capacidad, pero se presentó en Sevilla. El cartel lo componen toros de Miura para Rodolfo Gaona, Joselito y Juan Belmonte. El año 1915 se celebran cinco corridas de toros. Joselito y Belmonte, en el apogeo de su competencia, lidian dos corridas en mano a mano. El año 1916, Joselito y Juan Belmonte torean en las cinco corridas de la Feria. En el año 19, las torea todas Belmonte y Joselito ninguna. Se había inaugurado ya la Monumental. Joselito volvió a torear en la Maestranza en plena Feria en 1920, en concreto el día 19 de abril. Esa fecha fue la última vez que el torero de Gelves toreó en Feria de Abril.

1921-1930: En el año 1921, Chicuelo y Granero dominan los carteles de Sevilla. En la feria de 1922, un toro de Guadalest hiere grave a Valerito, que murió pocos días después. En los años 23 y 23, muerto Joselito, Belmonte no torea en Sevilla. Destacan los espadas Marcial Lalanda, El Algabeño y Antonio Posada. En la feria del 25, Ignacio Sánchez Mejías, que estaba en el tendido, bajó a banderillear un toro. En el 26 es Chicuelo quien lidia las cuatro corridas. Torea el Niño de la Palma en la feria del año 1927. En la feria del 29 abundan los toreros de arte, como Cagancho, Gitanillo de Triana y Félix Rodríguez.

1931-1940: Es una década complicada para la fiesta de los toros. La Feria de Sevilla cuenta con tres o cuatro corridas de toros. Aparecen nombres ilustres como el de Domingo Ortega, Manolo Bienvenida y Fuentes Bejarano. Siguen en su puesto de privilegio otros como Chicuelo y Marcial. El torero de Borox, Domingo Ortega, y Manolo Bienvenida cortan un rabo en la feria del 36. No hay toros en 1937 y sólo dos corridas en 1938. De nuevo no hay corridas en la de 1939. La feria del año 40 supone la irrupción de Manolete, que torea las tres tardes.

1941-1950: Etapa muy importante para la fiesta de los toros. Manolete se convierte en el torero más carismático de la época y triunfa en Sevilla. Pero no es sólo el torero de Córdoba, Sevilla aporta su torero en la figura de Pepe Luis Vázquez. En la feria del 41, ambos son grandes triunfadores. Pepe Luis corta tres orejas y Manolete tres y un rabo. El rubio torero sevillano actúa en las cuatro corridas del año 42. Le acompañan diestros tan buenos como El Andaluz, que triunfa por todo lo alto en la del 43. Cinco corridas en 1944 con presencia de todas las figuras, igual que en 1945, el año que Manolete arrasa en la plaza a todos sus rivales, aunque uno de ellos, Pepín Martín Vázquez, se convierte en la ilusión nueva de los sevillanos. Pepín logra grandes éxito en1947. La feria del 48 alcanza un número inesperado en sus siete festejos. En esa feria actúan Pepe Luis, Antonio Bienvenida, Luis Miguel, Parrita, El Choni y El Andaluz. Aparece Manolo González en 1949, una feria en la que torea a caballo un joven llamado Angel Peralta.

1951-1960: Los tiempos cambian. A comienzos de los cincuenta la Feria se estira hasta las ocho corridas de toros. Torea muchas tardes en 1951, aunque no triunfa, Luis Miguel. Antonio Ordóñez hace acto de presencia en 1952, lo mismo que Manolo Vázquez. El año 1954 es también inolvidable por la hazaña del venezolano César Girón, que corta dos días seguidos las orejas y el rabo a sendos toros. El año 1956 es la feria de un toreo de la Isla de San Fernando llamado Rafael Ortega. En 1958 sigue en triunfo Antonio Ordóñez y aparece Jaime Ostos. En la feria del 59 torea por primera vez un muchacho de Camas llamado Curro Romero. Ortega y Ordóñez siguen siendo los toreros favoritos de Sevilla. En 1960, un joven espada del barrio de San Bernardo, Diego Puerta escribe una gesta ante Escobero, un toro fiero de Miura.

1961-1970: Es la década del cambio. Se afianza Diego Puerta, Curro conquista el corazón de los sevillanos, se admira el valor de Jaime Ostos, la personalidad de Mondeño, el alarde continuo de Limeño ante la corrida de Miura y los detalles de Paco Camino. Pero hay más, El Cordobés corta un rabo en 1964, un torero de Salamanca, El Viti, inmortaliza a un toro de Samuel Flores en 1966 y en 1967 torea en la Feria Paquirri, llamado a escribir gestas grandes en las páginas invisibles de la historia.

1971-1980: En 1971, la Feria se compone de 12 corridas. Canorea incrementa cada ciclo el número de festejos. Curro Romero sigue siendo el ídolo de Sevilla. En la de 1971 se cortan dos rabos, uno el caballero Angel Peralta, otro Ruiz Miguel a un toro de Miura. La del 73 es la última de Luis Miguel, que otorga la alternativa a José Antonio Campuzano. Se suceden los años de éxitos de Diego Puerta, Camino, Curro y Paquirri. En el 75 aparecen nombres nuevos, tales como Angel Teruel, Capea y Manzanares. El torero de Barbate, fallecido por las cornadas que recibió en Pozoblanco, es triunfador del 77, pero Romero sigue siendo el rey de Sevilla. La década acaba con Paquirri en la cumbre. Curro ya es un mito por encima del bien y del mal.

1981-1990: Años de plenitud en número de festejos y de triunfos. Se incorporan nombres como el de Emilio Muñoz, Galloso, Manili y, sobre todos ellos, Espartaco. En esta década, Espartaco logra cinco salidas por la Puerta del Príncipe. En 1981 reaparece Manolo Vázquez para dar la alternativa a su sobrino Pepe Luis. Hasta su retirada en 1983, Manolo escribirá páginas de gloria para el toreo sevillano. Entre en el escenario un joven que revoluciona la fiesta: Paco Ojeda. Abre la Puerta del Príncipe en 1983. Antes, el mayor de los Campuzano cuaja un lote de Pedrajas y se lanza al estrellato. Su hermano Tomás deja la impronta de su honestidad torera. En 1985, Espartaco comienza su reinado en todo el orbe taurino tras el éxito ante Facultades, el toro colorao de Manolo González. Este diestro mata seis de Miura en 1987. En el 89, es Julio Robles el que conoce el sabor del aplauso de Sevilla.

1991-1999: Espartaco cede su sitio, Curro sigue dejando sus notas irrepetibles, ahora cada vez más frecuentes, Emilio Muñoz demuestra su tremenda profundidad trianera, Joselito se consagra, a pesar de ser madileño, en la plaza sevillana, y, por fin, Sevilla se estremece porque hay sucesor para el mito de sus corazones. Es de La Puebla y se llama Morante. Dos ferias seguidas, la del 98 y la del 99, le ponen en el sitio más alto de la cotización. Sevilla sigue exportando buen gusto torero. Otros espadas alcanzan su cenit en la Maestranza, como El Tato y Pepín Liria, dos ejemplos de absoluta honestidad. En fin, que después de tanto tiempo, un rejoneador navarro logra cortar un rabo. Hermoso de Mendoza coge el testigo de Javier Buendía y de Angel Peralta en la Maestranza. En la feria del pasado año, explota la traca de un niño-torero, de nombre El Juli, que abre la Puerta del Príncipe y se la cierra con sangre de una cornada. La década acabará este año, pero el año 99 fue de regocijo taurino para los buenos aficionados.

CARLOS CRIVELL