El triunfo de Rincón en Sevilla

Manzanares reapareció en Granada, una plaza que es feudo intocable de El Fandi

Andalucía vivió un año más de toros. No fue ni mejor ni peor; algunos aspectos deben considerarse positivos, mientras que el descenso del número de espectadores fue la nota más negativa.

A la hora del balance es preciso comenzar siempre con la Feria de Abril de Sevilla. Un ciclo tan largo necesariamente debe ser variado. Fue una feria mejor que la del 2003, aunque aún lejos de lo que se debe esperar de la feria sevillana. El ganado volvió a ser el eje de la polémica. La empresa contrató reses de ganaderías duras en la semana de preferia y no hubo motivos para tirar cohetes. Al final, la divisa de Jandilla se llevó los triunfos con el toro Violinista, magistralmente toreado por César Rincón. Sin embargo, no deben quedarse en el olvido algunos toros de Cuadri, El Ventorrillo, Núñez del Cuvillo, Torrestrella y Conde de la Maza.

Fue una feria sin final. La lluvia se llevó por delante la corrida de rejones y la de Miura. El triunfador fue el colombiano Rincón. Fue una maravillosa visión del toreo eterno la que ofreció César, que citó de largo y templó en una lección de tauromaquia. Fue un toque de atención que tendría continuidad en otras ferias andaluzas.

Otros toreros rayaron a buen nivel, como Jesuli de Torrecera, que cortó dos orejas en la tarde de su alternativa; Dávila Miura, César Jiménez, Javier Conde, Luis Vilches, Jesulín de Ubrique, El Juli y El Fandi. Y dos agradables sorpresas, la de Leandro Marcos, un estilista que encantó a la Maestranza, y Serafín Marín, que dejó constancia de su toreo verdad y de sus dotes como matador de toros.

Ese detalle del triunfo de un veterano tendría continuidad en la temporada andaluza. En la feria del Corpus de Granada, una de las más rentables por la simple circunstancia de que El Fandi es profeta en su tierra, el suceso más notable fue la reaparición del veterano José María Manzanares. El toreo de buen gusto, fino y eterno se hizo presente en la Maestranza granadina. Naturalmente, El Fandi brilló en su tierra, Es todo un espectáculo. El Fandi en Granada es un suceso para no perdérselo.

Antes, la feria jerezana se había saldado con un ciclo simplemente discreto. Volvió Antonio Domecq, dejó su huella Jesulín de Ubrique en una tarde lluviosa, El Juli lo bordó por naturales, pero los triunfadores fueron Los jóvenes Octavio Chacón y Jesuli de Torrecera en la corrida que ponía el cierre.

La plaza de Córdoba estrenó empresa. Taurotoro organizó una feria con figuras. La feria fue, por encima de todo, el encuentro entre el toro de nombre “Bondadoso” de Garcigrande y Finito de Córdoba. El indulto fue excesivo, pero el toro fue excelente. Y Finito lo bordó en una encerrona con media plaza. El toreo de capa al que abrió plaza y los muletazos al indultado fueron pinceladas inenarrables.

El público continuó de espaldas a la plaza de los Califas. El ganado no fue el mejor para una plaza de tanta solera. Quedan las orejas de Rivera Ordóñez (heroico con un toro complicado de Jaralta), Ponce, Jesulín, El Fandi y la alternativa de un voluntarioso Manolo Martínez. Esta plaza cordobesa sigue necesitando una urgente actuación para ilusionar a los aficionados. Es una labor de tiempo.

La temporada andaluza se frenó tras el Corpus granadino para irse a finales de junio al Campo de Gibraltar. En la Maestranza había brillado Luis Vilches, que comenzaba a salir de su particular ostracismo. Algeciras centró su ciclo en Salvador Vega. La feria no fue brillante para el ganado. El encaste Pedrajas de Guardiola fue lo mejor de un ciclo con poca raza en general. Con esta corrida estuvo muy centrado El Cid. Salvador Vega hizo lo más artístico en dos corridas y Javier Conde estuvo a su aire, por cierto muy celebrado por quienes confunden toreo con baile. Rincón, Jesulín, El Fandi, Chacón y el herido Daniel Duarte fueron los que se llevaron algún trofeo al esportón.El triunfo de Rincón en Sevilla Manzanares reapareció en Granada, una plaza que es feudo intocable de El Fandi Andalucía vivió un año más de toros. No fue ni mejor ni peor; algunos aspectos deben considerarse positivos, mientras que el descenso del número de espectadores fue la nota más negativa. A la hora del balance es preciso comenzar siempre con la Feria de Abril de Sevilla. Un ciclo tan largo necesariamente debe ser variado. Fue una feria mejor que la del 2003, aunque aún lejos de lo que se debe esperar de la feria sevillana. El ganado volvió a ser el eje de la polémica. La empresa contrató reses de ganaderías duras en la semana de preferia y no hubo motivos para tirar cohetes. Al final, la divisa de Jandilla se llevó los triunfos con el toro Violinista, magistralmente toreado por César Rincón. Sin embargo, no deben quedarse en el olvido algunos toros de Cuadri, El Ventorrillo, Núñez del Cuvillo, Torrestrella y Conde de la Maza. Fue una feria sin final. La lluvia se llevó por delante la corrida de rejones y la de Miura. El triunfador fue el colombiano Rincón. Fue una maravillosa visión del toreo eterno la que ofreció César, que citó de largo y templó en una lección de tauromaquia. Fue un toque de atención que tendría continuidad en otras ferias andaluzas. Otros toreros rayaron a buen nivel, como Jesuli de Torrecera, que cortó dos orejas en la tarde de su alternativa; Dávila Miura, César Jiménez, Javier Conde, Luis Vilches, Jesulín de Ubrique, El Juli y El Fandi. Y dos agradables sorpresas, la de Leandro Marcos, un estilista que encantó a la Maestranza, y Serafín Marín, que dejó constancia de su toreo verdad y de sus dotes como matador de toros. Ese detalle del triunfo de un veterano tendría continuidad en la temporada andaluza. En la feria del Corpus de Granada, una de las más rentables por la simple circunstancia de que El Fandi es profeta en su tierra, el suceso más notable fue la reaparición del veterano José María Manzanares. El toreo de buen gusto, fino y eterno se hizo presente en la Maestranza granadina. Naturalmente, El Fandi brilló en su tierra, Es todo un espectáculo. El Fandi en Granada es un suceso para no perdérselo. Antes, la feria jerezana se había saldado con un ciclo simplemente discreto. Volvió Antonio Domecq, dejó su huella Jesulín de Ubrique en una tarde lluviosa, El Juli lo bordó por naturales, pero los triunfadores fueron Los jóvenes Octavio Chacón y Jesuli de Torrecera en la corrida que ponía el cierre. La plaza de Córdoba estrenó empresa. Taurotoro organizó una feria con figuras. La feria fue, por encima de todo, el encuentro entre el toro de nombre “Bondadoso” de Garcigrande y Finito de Córdoba. El indulto fue excesivo, pero el toro fue excelente. Y Finito lo bordó en una encerrona con media plaza. El toreo de capa al que abrió plaza y los muletazos al indultado fueron pinceladas inenarrables. El público continuó de espaldas a la plaza de los Califas. El ganado no fue el mejor para una plaza de tanta solera. Quedan las orejas de Rivera Ordóñez (heroico con un toro complicado de Jaralta), Ponce, Jesulín, El Fandi y la alternativa de un voluntarioso Manolo Martínez. Esta plaza cordobesa sigue necesitando una urgente actuación para ilusionar a los aficionados. Es una labor de tiempo. La temporada andaluza se frenó tras el Corpus granadino para irse a finales de junio al Campo de Gibraltar. En la Maestranza había brillado Luis Vilches, que comenzaba a salir de su particular ostracismo. Algeciras centró su ciclo en Salvador Vega. La feria no fue brillante para el ganado. El encaste Pedrajas de Guardiola fue lo mejor de un ciclo con poca raza en general. Con esta corrida estuvo muy centrado El Cid. Salvador Vega hizo lo más artístico en dos corridas y Javier Conde estuvo a su aire, por cierto muy celebrado por quienes confunden toreo con baile. Rincón, Jesulín, El Fandi, Chacón y el herido Daniel Duarte fueron los que se llevaron algún trofeo al esportón.