Nunca se presentó tan apasionante una temporada taurina como la de 2008. No es un tópico; es la realidad que se cimentó el pasado año con un grupo de espadas que dejaron la huella de su personalidad, lo que puede en este 2008 condicionar un cambio definitivo en la cúpula del toreo. Ante este curso taurino se pueden hacer numerosas reflexiones.

Las figuras

Los que se han considerado como figuras sin discusión, Enrique Ponce y El Juli, tienen a sus espaldas algunos toreros que les harán pensar más de la cuenta. A este grupo hay que unir ya, definitivamente, al sevillano Manuel Jesús

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