José Luis López Marín.- Cada año que abre sus puertas el coso de La Merced, nos nuestra unas corridas de toros, unos festejos con personalidad, que a los de afuera les pueden gastar más o menos por la presentación de los toros que se lidian, o por las orejas más o menos merecidas que se conceden, pero son los festejos que la mayoría de los onubenses desean, porque acuden con el único cometido de la diversión y el entretenimiento, y no les importa que el reloj de su antigua Plaza de las Colonias, en la carretera de Gibraleón, lleve marcando cinco minutos de retraso, desde hace ya… no sé cuantos años, o que los efluvios del ponche y las sardinas asadas, que a partir del tercer toro preparan en el bar anexo al coso, suba hasta los palcos, abriendo el apetito del personal.

Su público tiene una personalidad especial, y piensa que los disgustos que se pudieran llevar por la actuación de los profesionales taurinos, no tienen razón de ser, ni les compensa, en unas fiestas Colombinas, a la que esperan cada año para pasárselo bien en su plaza, y que la solución a los problemas que padece la Fiesta Taurina, que no son pocos, sean de uso exclusivo de sus componentes y de la autoridad competente, por lo que, como en cualquier otro espectáculo, si éste es atractivo para el aficionado que paga religiosamente su entrada, y el que se da en La Merced lo es, continuará acudiendo y llenando sus tendidos, y cuando estime que no le compensa ni el dinero de la entrada, ni lo que le ofrecen los organizadores, protestarán y dejarán de asistir a esos festejos, por lo que la empresa ya se preocupará de estudiar lo que el público de La Merced desea para los festejos de su maravillosas Fiestas Colombinas, mientras tanto a divertirse y a pasarlo bien. Por algo la corrida de toros es uno de los eventos más democráticos que hoy existen en España.

Todos y cada uno de los carteles de este año estaban marcados con atractivos diferentes. Se abrían las puertas de La Merced el jueves con la vuelta de los Cuadri, después de 16 años de ausencia, los toros onubenses lucieron una presentación impecable, aunque con un juego diferente, destacando Rebaja, jugado en 4º lugar, que fue premiado con la vuelta al ruedo, al que El Cid, en su despedida de la plaza onubense, le cortó las dos orejas, después de realizarle una gran faena, y fue paseado a hombros, mientras que sus compañeros Escribano y Serna, hubieron de irse sin tocar pelo.

El viernes, Torrealta lidió una corrida en la que salieron reses de juego variado, noblotes, algunos dulces como el almíbar, o un sexto manso y sin raza. Miguel Ángel Perera, una vez más, salió en triunfo de su ya habitual encuentro agosteño, y con los dos toros más potables y almibarados, realizó faenas del torero que lleva dentro, refrendadas con sendas estocadas que le valieron las dos orejas de cada uno de ellos, saliendo de la plaza a hombros de un solo acompañante, que al mismo tiempo hacía de portador del torero (lástima de la soledad que acompañaba al triunfador). El Juli y Cayetano, al que vi un tanto fuera de la corrida, se fueron a pie, después de saludar al final de sus faenas.

El debut del hierro de Albarreal en el Coso de La Merced, estuvo presidido por lo desigual en su presentación y juego de sus reses. Una corrida noble, en la que hubo toros que colaboraron en el triunfo de los toreros, como el tercero, un buen ejemplar, noble y repetidor, con el que Pablo Aguado certificó la mejor faena de las Colombinas 2019, y ratificó el toreo personalísimo del que viene haciendo gala, donde la naturalidad y la pureza son los activos principales con los que cuenta el torero de Sevilla, para convertirse en la autentica revolución de la temporada actual.

Morante de la Puebla acabó con su primero sin poder ofrecer nada a la parroquia por las condiciones del animal, pero en el 4º salió espoleado por la faena de Aguado y derrochó arte en las cinco verónicas que enjaretó, antes de que el toro se parara. David de Miranda, que completaba la terna, es un torero, de los llamados emergentes, al que hay que tener en cuenta. Con el primero que sorteó, demostró el primor con que juega los brazos en el primer tercio, y después de llevarse dos sustos del parado toro de Albarreal, solo pudo esbozar algunas pinceladas de su toreo con la pañosa, una buena estocada y una oreja para su zurrón particular. Con el 5º, un sobrero infumable de Torrealta, solo pudo estar bien y por encima del toro. En esta corrida se guardó un minuto de silencio en memoria de D. José Luis García Palacios, Presidente de la Caja Rural del Sur y personaje muy querido y respetado en el mundo del toro.

El domingo se cerró la serie de Festejos, con una corrida de rejones, en la que los toros de Benítez Cubero dieron un buen juego y colaboraron con los caballeros rejoneadores, Diego Ventura y Andrés Romero, que actuaron mano a mano. Al de la Puebla se le escapó el triunfo por el deficiente acierto con los rejones de muerte en los dos primeros de su lote, y solo pudo obtener las dos orejas del 5º. Andrés Romero le cortó un apéndice al sexto y los dos al 4º, que le valieron para salir a hombros de la plaza onubense.

El público, en el año que se celebra el 40 Aniversario de la Alternativa de Espartaco, acudió en buen número a los tendidos de la Antigua Plaza de las Colonias, y llenó en algo más de la mitad de su aforo en la primera de las corridas, más de tres cuartos, se vieron cubiertos en la segunda, muy poco le faltó para el lleno total la tarde de Morante, Aguado y Miranda y casi se llenó para presenciar la corrida de rejones.

Entre los toreros de plata, destacaron El Lipi, Curro Robles y Juan Maguilla, con los toros de Cuadri; Curro Javier, Jesús Arruga y Javier Ambel en la corrida de Torrealta y Manuel Contreras y Pedro Muriel con el ganado de Albarreal. En el festejo de rejones intervino el sobresaliente Ferrer Martin, en los toros 5º y 6º.

D. Juan León Lozano presidió los festejos, asesorado taurinamente, por D. Francisco Leandro Leyva. Como veterinarios estuvieron en el palco, D. Ignacio Rebollo, D. Miguel Arroyo y D. Melitón López.
En fin, amigos, un año más, con muy buena temperatura, las Fiestas Colombinas se han desarrollado, con la sana normalidad de un público entregado a los toreros y a la Fiesta de los Toros. Que continúe así, que no es mala cosa, y que los problemas existentes entre los miembros de la empresa se solucionen muy pronto, será lo mejor para nuestra Fiesta de Toros, para la Plaza de Huelva, para su público, y como no, para los propios empresarios.

Que Dios reparta suerte, amigos

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