Carlos Crivell.– Aunque el día es proclive a lanzar alguna inocentada, el texto de este apunte está libre de todo ello. Han salido los carteles de Olivenza y se conocen los de Las Fallas de Valencia. En ambos ciclos hay notables inocentadas, aunque el ciclo oliventino tiene su defensa porque son sólo dos corridas de toros. Mi amigo Pepe Cutiño se ha curado en salud y ha contratado en los dos festejos mayores a Roca Rey, lo que le asegura el lleno ambas tardes. Esta duplicidad impide que Daniel Luque pise la hermosa plaza de la ciudad limítrofe con Portugal. Ni ese doblete ni la presencia de Manzanares tienen mucha justificación, porque supone que, además de Luque, se queda fuera Emilio de Justo, que ahora mismo es el torero extremeño de mayor entidad, incluso por encima de Talavante. Lo mejor de Olivenza son las dos novilladas, aunque esa de ocho utreros puede ser interminable y acabar más tarde de las tres; lo bueno tiene también su medida para ser perfecto. Los carteles de las Fallas son muy valencianos. También repite Roca Rey y se quedan fuera Daniel Luque, Ginés Marín y Tomás Rufo, entre otros, pero no faltan ni El Fandi ni Cayetano, con lo cual los carteles son sencillamente incomprensibles. La sombra de Simón Casas, socio de la empresa, y de la casa Matilla es alargada. Es el toreo mercantilista que toma el poder contra los méritos adquiridos por los toreros en el ruedo.

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