Cobradiezmos - copiaLuis Carlos Peris.- Mientras esperamos que el orfebre cigarrero acierte con su última bala de la Feria y mientras digeríamos mal que bien el envío podrido de Jandilla surgió en el albero del Baratillo el toro bravo. Un toro bravo como aperitivo de uno excepcional, Cobradiezmos de nombre, guapo, bien hecho y haciendo surcos con el hocico. Todo lo que nos quitó Jandilla nos lo devolvía con creces Victorino y todo lo tranquilos que augurábamos a los antitaurinos por aquello del enemigo en casa se borraba por ensalmo gracias a la grandeza del toro bravo. El toro es el sostén de una fiesta que se muere con lo del martes y que resurge pujante y como hecha de material infungible con lo que mandó Victorino al primer templo de Tauro. Y hoy, con el cartel de la feria llega el último cartucho en la canana de Morante después de tres chocazos con toros desvalidos. Loor a Victorino.

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