ESCRIBANO_MADRIDLuis Carlos Peris.- Abonado al Plus desde que el Plus caminaba solo, en estas tardes de mayo rara es la que no claudicamos ante la pantalla para ver la corrida de Madrid. Y la otra tarde se nos removieron los adentros viendo cómo maltrataban a un torero sevillano por el simple hecho de llegar triunfante desde Sevilla. «Esto no es Sevilla» le gritaron desde el tendido inquisidor que disfruta reventando la actuación de ese matador al que ponen en la diana de su sectarismo. Por supuesto que Las Ventas no es la Maestranza y Dios no permita que cambie la cosa. Llegaba Manuel Escribano con un indulto en su haber y lo que debiera ser salvoconducto para la gloria se le convirtió en tapón insalvable hiciese lo que hiciese en la arena venteña. Ha ocurrido en todos los tiempos eso de lanzar el grito de «esto no es Sevilla» al que sólo le falta un pase de la firma, el de «gracias a Dios».

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