Carlos Crivell.- La final respondió a lo esperado. La plaza se cubrió en su mitad y se hicieron presentes los partidarios de Carrión y El Exquisito, llegados desde La Algaba y La Puebla. Este buen ambiente tuvo como soporte una buena novillada de Fernando Sampedro, con nobleza y movilidad, salvo el lidiado como sexto que fue el garbanzo negro de la noche.

El mexicano Emiliano Ortega no tenía partidarios en el tendido. Se enfrentó a dos buenos novillos, el primero más temperamental, el cuarto más noble. Ortega puso de manifiesto que tiene el oficio bien aprendido, aunque su toreo pecó de cierta frialdad. Hubiera sido interesante comprobar la reacción de unos posibles seguidores, como la que tuvieron sus compañeros. Lanceó con buen estilo a sus dos novillos. La faena al exigente primero fue larga, basada en ambas manos y mejor en las tandas finales sobre la izquierda. Brilló en un hermoso kikirikí y en otros pases de adorno. Acabó con naturales citando de frente. Buena faena con las imprecisiones impuestas por el novillo, que llegó a tropezarlo a mitad de su labor. También fue una faena larga con aviso incluido.

El cuarto fue un buen novillo y Ortega elaboró la faena más maciza y conjuntada de la noche. Tal vez su toreo pecó de algo rápido, pero hubo tandas logradas sobre ambas manos. Debió cortar la oreja, pero se atascó con la espada.

El algabeño Manuel Jesús Carrión volvió a demostrar su acusada personalidad, con un toreo muy vertical de mano baja, temple y ritmo. Mejoró con el capote en esta ocasión. La faena al buen novillo segundo tuvo una primera fase de abuso de la técnica, de forma que desplazó en exceso el recorrido del eral. Corrigió este problema de mitad de faena en adelante, ya con el torero más seguro y el novillo más entregado. Ahí surgieron tandas de derechazos y naturales de bello corte. No importó que la espada cayera baja para pasear la oreja.

El quinto fue bueno, aunque soltó algo la cara al final de los muletazos. Carrión lo recibió con una larga en el tercio y algunas verónicas de buen corte. En la réplica de los quites se echó el capote a la espalda por gaoneras. La faena fue más irregular con el detalle, ya comprobado hace una semana, de que es un artista en los pases de pecho. En una tanda de naturales toreó de forma admirable y acabó con ayudados por bajo de bella factura. La estocada dio paso a otra oreja con el apoyo de su parroquia.

Se esperaba a El Exquisito. Confirmó sus cualidades, propias de quien intenta torear con marcado acento al cargar la suerte y acompañar las embestidas con la cintura. Eso se llama empaque. También demostró que está muy verde. En el tercero de la noche toreó bien con el capote. Fue un novillo noble, aunque flojito. La faena fue un compendio variado de virtudes y defectos. Buenos derechazos, problemas de colocación en los naturales, excelente alguno de pecho y muchos gestos y detalles de buena torería. Paseó una oreja.

El sexto fue malo sin paliativos. Aquí el escaso recorrido del chaval se puso de manifiesto. Se vio desbordado en todo momento con un eral muy violento. No quedaba más que matarlo y le arreó un bajonazo. Sus seguidores pidieron la oreja, naturalmente no concedida, y el joven torero se dio una vuelta al ruedo, algo inexplicable cuando no había podido dar ni un pase limpio y había acabado con un alevoso bajonazo. Mal detalle, que debería alguien hacerle ver que eso no es torería, más bien lo contrario. La esperanza de El Exquisito sigue intacta, pero necesita aprender mejor el oficio.

El jurado, formado por los asesores artísticos de la plaza, proclamaron a Manuel Jesús Carrión como triunfador del XXXV Ciclo de promoción de Sevilla. Segundo clasificado, Manuel Luque ‘El Exquisito’, y tercer clasificado, Emiliano Ortega.

Plaza de toros de Sevilla, 28 de julio de 2022. Final del XXXV ciclo de novilladas sin picadores. Media plaza. Seis erales de Fernando Sampedro, bien presentados y de buen juego excepto el sexto. Primero, bravo con movilidad; segundo, noble; tercero, flojo y rebrincado; cuarto, noble con clase; quinto, noble algo rebrincado, y sexto, sin clase y deslucido.
Emiliano Ortega, de marfil y oro. Media estocada baja (vuelta al ruedo tras aviso). En el cuarto, cuatro pinchazos y media atravesada (saludos tras aviso).
Manuel Jesús Carrión, de blanco y oro. Estocada baja (una oreja). En el quinto, estocada (una oreja).
Manuel Luque El Exquisito, de blanco y oro. Estocada (una oreja). En el sexto, estocada baja (vuelta al ruedo por su cuenta).
Saludó en las banderillas del quinto Roque Vega.

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