Carlos Crivell.Los toreros que componen el cartel del Domingo de Resurrección en Sevilla nunca se han anunciado juntos en la Maestranza, pero cuando uno mira el cartel parece que es el mismo de siempre. Es una buena combinación. Es más, como ya publicamos en su día solo cuatro toreros podían aspirar al paseíllo en tan solemne fecha. Uno de ellos, Morante, se ha quitado de forma voluntaria. 
Morante es un gran artista con una mente complicada. Es el gran representante del toreo sevillano en la actualidad, de forma que debería comportarse con Sevilla con absoluta entrega y máxima generosidad. Cuando se sumó al boicot a la Maestranza en los años funestos de 2014 y 2015, Morante comenzó a distanciarse de la plaza de toros sevillana. No le ha servido que algunos medios de comunicación muy influyentes en la capital andaluza se le hayan entregado a cambio de cuatro entrevistas. Esa afrenta a la ciudad y a sus aficionados sigue hoy día por el mismo camino. Un torero como Morante debe estar en Resurrección. Es lo que hacía Curro, que logró que esa fecha fuera conocida más como Domingo de Curro que como Domingo de Pascua.
El problema era la televisión, aunque luego se ha comprobado que la admite a instancias de su apoderado. No le gusta al de La Puebla cómo se hacen los comentarios en los festejos televisados. Se dice que las corridas de Morante serán comentadas por periodistas que le gustan al torero. Espero que la cadena no acceda a estos caprichos y que no cambie a sus profesionales habituales para contentar al torero. Aunque lleva razón en algunos de sus criterios, no es de recibo que en el siglo XXI un torero se niegue a que sus actuaciones se ofrezcan en directo por un canal de pago exclusivamente taurino. La escuela nefasta de José Tomás ha tenido seguidores. 
Morante se equivoca al no hacer el paseíllo en la señalada fecha de Resurrección. Su sitio en esa fecha solemne del calendario sevillano es la plaza de toros de la Real Maestranza. Aunque ya antes hizo algo inconcebible como irse a torear en Málaga.
Todo lo que antecede lo firma un admirador del torero desde que lo vio por primera vez sin picadores, que lo ha defendido en múltiples cenáculos contra las voces que lo querían minimizar como torero o que lo querían minusvalorar en las contrataciones. Como soy tan morantista como el primero, proclamo mi indignación por su ausencia en esta fecha. Solo me queda una duda. ¿Será posible que ni a la empresa ni al torero les interesara su presencia en esta fecha? Nunca lo sabremos con seguridad.
Dicho lo cual, Morante debe espabilar porque el tiempo pasa y sus logros en Sevilla siguen siendo raquíticos. 
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