Ángel Luis Lorenzo.- Durante los días 27,28 y 29 de octubre de 2017, en el aula Antonio Bienvenida de la Plaza de Toros de las Ventas Madrid, bajo el lema “No todo vale» a favor de la integridad de la fiesta , de la liturgia taurina y de la muerte del toro en la plaza, se ha celebrado en VIII Congreso y asamblea de la Asociación Nacional de Presidentes de Plaza de España.

Picasso, (aplicado con esto de los toros), era un insaciable que masticaba todo lo que ‘almacenaba’ en su jurisdicción emocional. Necesitaríamos de su ímpetu artístico, para hacer una valoración crítica, sobre la labor oscura de memos y prudentes, muchas veces alentada por público orejero, alegre y festivalero que ocupa buena parte de la plaza.

Existen tertulias entre memos, que fueron recogidas en sevillatoro.es por Carlos Crivell: “Se trata de un resumen de lo que han comentado los presidentes de la plaza de Murcia después de la feria de este año. El primero de ellos comenta – no se olvide que estaba hablando en público – que pidió que lo liberaran de presidir la corrida en la que estaba anunciado Morante (que después no acudió) y en la que se lidiarían los toros de Núñez del Novillo. Han leído bien. A la ganadería de Núñez del Cuvillo, este representante de la autoridad la llamó Núñez del Novillo”. Ni Montaigne aprendería su lección diaria con ellos.

El memo, frente a una petición surrealista del público, la concede sin criterio. No hay brújula, aunque se monte un lío en banderillas. Necesario es que todos se renueven, como si de una vuelta al teatro de Sófocles se tratase.

De lo contrario, seguirán viviendo en una anomalía límbica, ajenos a la esencia del toreo y abrazando medallas de cartón, tras conceder orejas a granel sin ningún valor. Desastrosos palcos sin méritos, con aire de vergonzoso sainete.

Poca contundencia, hacia no sabes donde, sin escapar de la vulgaridad indocumentada en palcos, como el de Pamplona, donde la pólvora estalla en el cielo, y el rigor del necio por el suelo.

Mira que hay autoridades durante una tarde de toros y maestros de turno mandando, pero ni así sería suficiente. Tendríamos que aplicar eso de Lope de Vega a sus críticos: «Porque como las paga el vulgo, es justo / hablarle en necio para darle gusto».

Quizás, el presidente papanatas no tenga capacidades, o simplemente, quien lo propone y lo da como bueno, sean responsables. Conclusión: bronca del público y deterioro de la fiesta. Claro, no saben que la toma de decisiones es el punto central de la inteligencia.

¿Cómo se lucha contra todo eso? ¿A quién hay que educar al presidente o al público? ¿Manda el presidente o el toro? Lo cierto, es que el presidente, es un elemento decisorio sacando sus pañuelos; por lo tanto, no tiene una presencia marginal en el desenlace taurino. La intriga es amplia (como botón de muestra algunas actas de reses sin analizar) y el entramado también. Necesario volver al siglo XVII y pedirle ayuda a Baltasar Gracián con su arte de la prudencia.

Los prudentes son personas coherentes, capacitadas, informadas y conocen las situaciones. Rigor y cumplimiento de la normativa, serenidad y equilibrio en el hacer. Se preocupan más por la formación y por eso saben jugar ese as en la manga, que tantas veces se ejecuta mal, como son los indultos.

Habría que unificar, transparentemente más el camino que hay que seguir (sabiendo que no es lo mismo un presidente de línea más torista, que no), sabiendo que los accesos son diferentes en esta hoja de ruta presidencial.

Unificación de criterios para ineptos y cautelosos. Cabría perdonarlos bíblicamente con el «no saben lo que hacen», pero sería caridad y aún no ha llegado el momento de pasar de las virtudes cardinales a las teologales. Patrimonio de mi vocación son éstas, al quehacer de los presidentes, le basta con una cardinal: PRUDENCIA.

 

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