Alvaro Pastor2011Álvaro Pastor Torres.- “Suponiendo que se escriba con principios, se puede escribir después con varios fines” (Mariano José de Larra)

INTROITO: Unos cuantos, los más indulgentes y bienhablados de esta parroquia laica cuyo rito empieza a las seis y media de la tarde, decían con no poca sorna que era un cartel “de Madrid”. El resto, utilizaba directamente calificativos de trazo un poco más grueso y mucho menos metafóricos, pues no corren buenos tiempos para la poesía, a pesar de que casi todos conocen bien el tesoro de la lengua castellana o española. A pesar de ello algunos estómagos agradecidos nos tachan de raros -¡viva la rareza ante el borreguismo y los eternos silencios maestrantes!-, impertinentes, irrespetuosos –imagino que ante el timo continuado- e incluso incultos, toma ya. ¡Adiós, licenciados en Oxford! Y se quedan los tíos tan tranquilos…

PRIMERA LECTURA: Los rellenos, para que resulten sabrosos, tienen que ser de buen jamón, ajo muy picadito y huevo de gallinas camperas con la yema muy amarilla. Lo demás es mortadela barata. El toro pone a cada uno en su sitio y aquí no hay regidores de televisión que manden aplaudir o callar. Aunque alguno parece que tiene esa vocación frustrada. Hay gente para todo.

EVANGELIO: El Pilar siempre es un valor seguro, ya en la rama Atanasio-Lisardo ya en la de Domecq vía Aldeanueva. Normalmente suelen salir unos cuantos de toros por corrida que dejan bien alto el pabellón charro. Ayer, salvo el primero, un muerto en vida que no se tenía en pie y volvió a corrales con los mansos, el resto, con variados matices, dieron un juego más que interesante, con un tercero altón, avacado y flacucho, pero de vuelta al ruedo – mas el presidente estaba por lo visto demasiado liado con los pañuelos-; un cuarto de alta nota, obediente hasta para ser descabellado, que se le fue vivito a Abellán entre detallitos y manos altas, y un sexto casi inédito que pedía justo lo contrario de lo que le intentó hacer Mora.

CONSAGRACIÓN: La que pudo haber sido y no fue. David Mora tuvo un lote para haber cortado tres orejas y se fue, no sé si contento o no, con una. Para desorejar con justicia a un toro en Sevilla hay que estar a la altura de él, y encima matarlo a la primera y por arriba. No sé en Oxford qué pedirán; ni me importa. Toreó muy bien con el capote y según y cómo con la muleta.

REFLEXIÓN FINAL: Termina feria Manuel Escribano. Los números, como el algodón, no engañan: 7 toros, 7 portagayolas, 7 tercios de banderillas demasiado parecidos –dos pares cuarteando, a veces en exceso, y uno final a modo de par del perdón con mucha exposición por los adentros, unas veces con quiebro y otras sin él-… y una vuelta al ruedo. Y siempre con el cariño y el respeto del público de Sevilla, el que se ganó el año pasado y el que se ha ido ganando este día a día a base de voluntad y entrega. Como los estudiantes, tiene una oportunidad en septiembre.

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