Tarde aburrida en La Malagueta con una faena buena de Curro Díaz sin remate con la espada. Uceda muy pulcro y Bautista, por debajo del sexto, único bueno de la corrida de Martelilla.

Martelilla / Uceda Leal, Curro Díaz y Juan Bautista

Ganadería: cuatro toros de Martelilla y dos, segundo y quinto, de Casa de los Toreros, desiguales de presentación, aunque algunos se taparon por los pitones, de pobre juego por blandos y justos de raza. Primero y segundo, nobles; tercero, inválido; cuarto, soso; quinto, descastado, y sexto, temperamental y encastado.

Uceda Leal: estocada desprendida (saludos) y estocada caída (saludos).
Curro Díaz: cuatro pinchazos y un descabello (saludos tras aviso) y pinchazo y estocada perpendicular (palmas).
Juan Bautista: metisaca, dos pinchazos y estocada trasera y baja (silencio) y pinchazo hondo y dos descabellos (saludos).

Plaza de Málaga, 15 de gosto de 2008. 6ª de Feria. Dos tercios de plaza. Saludó en banderillas Christian Romero.

Carlos Crivell.- Málaga

Una exquisita faena de Curro Díaz al precioso sardo lidiado en sugundo lugar fue la nota artística de la corrida. Si el de Linares lo mata bien seguro que pasea algún trofeo, pero apareció el torero que mata mal a los toros que ha cuajado, cuando es, muchas veces, un estoqueador seguro. En cambio, Uceda Leal mata los toros con una seguridad impresionante. Sus dos trasteos fueron correctos, pero en el fondo la afición estaba deseando que se cuadrara para matar, porque es un verdadero maestro, por mucho que los espadazos de ayer cayeran algo bajos.

El otro detalle de la corrida fue el pobre juego del lote de Martelilla. En La Merced de Huelva había vuelto a ilusionar con una corrida destacada, pero lo de Málaga ha sido malo sin paliativos. No vale la nobleza pastueña sin mucha casta de primero y segundo. La invalidez del tercero fue alarmante. Ese toro se lidió con la complicidad de la presidenta, que en un alarde de vista y falta de atención al cliente (el público) lo dejó en el ruedo. El sexto, con mayor movilidad y casta, fue el mayores posibilidades de la corrida. En resumen, pocas fuerzas, calidad mínima y casta por los suelos. Martelilla sigue en lista de espera.

Curro Díaz dibujó muletazos bellísimos en el segundo. La estampa del sardo era de nota. Curro lanceó con buen estilo en el saludo de capa. Los ayudados por alto del comienzo y el de pecho fueron bellas pinturas. Se recreó en los derechazos, suerte cargada, compás abierto y cintura de mimbre, para seguir con algunos naturales de expresión relajada. Los adornos finales fueron nuevamente carteles de toros. A continuación vino una sucesión de pinchazos que le dejaron sin posibilidades de premio.

El quinto sembró el pánico en la cuadrilla. Fue lastimoso ver pasar a los de plata para no poder clavar a un toro que apretó para los adentros. El animal fue un compendio de sosería y mal estilo. Curro, el de Linares, quiso estirarse con la muleta, aunque no sacó casi ninguno limpio. La banda de música, en otro detalle de la mayor incompetencia posible, quiso animar el espectáculo. Nuevamente falló con la espada. Curro Díaz torea muy bien, pero algo pasa que no escala posiciones.

El director de lidia era Uceda Leal. Su tarde malagueña fue digna, correcta, pero a la vista de los toros que lidió su balance debió ser mejor. Le dio pases buenos al que abrió plaza que fue un toro noble. Tandas de pocos pases, limpios, de trazo elegante, pero que apenas conseguían entusiasmar al respetable. Fue un dechado de pulcritud que bajó de tono al final. La petición fue insuficiente.

Con el soso cuarto, Uceda anduvo como el de Martelilla. Ambos dieron un recital de sosería. Lo mató a la primera y se le agradeció su voluntad. Debió andar en mejor toro el madrileño en su nueva presencia en la Feria de Málaga.

El francés Juan Bautista se llevó en el lote a uno inválido y al más encastado, el sexto. La historia del tercero es la de un toro que nunca debió morir sobre el ruedo. Se derrumbó continuamente y debió ser devuelto. Bautista, colaborador necesario para que se quedara en la plaza, pagó el error con un animal que besó el albero siempre que bajó la muleta.

Bautista se dejó ir el sexto. Ese toro tuvo movilidad y pedía sitio y temple. La faena del francés fue acelerada, ventajista porque metió mucho pico y destemplada. Lástima de toro, que por su forma de acudir al engaño prometía otra faena diferente. Tampoco acertó con la espada y su paso por Málaga no ha justificado lo que se dice sobre su recuperación.

A %d blogueros les gusta esto: