Morante de la Puebla fue el gran triunfador de la corrida del domingo en Barcelona tarde tras formar un auténtico lío en su segundo toro, primero con el precioso ramillete de verónicas con el que recibió al de Juan Pedro, después con un primoroso quite por delantales y ya con la muleta, mostrando una decisión y unas ansias de triunfo que rápidamente calaron en los tendidos.

Inició su faena con ayudados por alto sentado en el estribo, que despues repitió ya de pie entre el crujir de la plaza. Siguió con la diestra, rematando las series por bajo con pases de cartel de feria. Al echarse el engaño a la zurda, el toro hizo amago de rajarse, pero el sevillano no le dejó y, al filo de las tablas, dibujó otras dos series, una por cada pitón, erguida la figura, desmayado el gesto y la muleta barriendo la arena. Se perfiló en la suerte de recibir, para entonces ya había sonado un aviso, y cobró un estoconazo que dió con el astado en tierra.

Con el que abrió plaza, soso y sin transmisión, no pudo hacer otra cosa que dejar algún detalle marca de la casa. Tras un pinchazo hondo delantero, necesitó de cinco golpes de cruceta para rendir a su oponente.

Toros de Juan Pedro Domecq, justos de presentación y manejables.

Morante de la Puebla, silencio y dos orejas tras aviso
El Juli, oreja y oreja.
José María Manzanares, oreja y oreja.

Barcelona. Domingo 21 de Junio. Media plaza.