Morante ha cuajado un toro de Juan Pedro de forma histórica en la maatinal de Nimes. Cortó dos oejas y rabo tras una faena cumbre, comenzada con pases sentados en una silla, la misma que utilizó para ver morir al toro tras una gran estocada. Maurice Berho lo describe así en Mundotoro y es el autor de la fotografía:
Ha sido en el sexto cuando ha formado un alboroto histórico, primero con el capote con unos lances cadenciosos y a cámara lenta pero sobre todo con la muleta; Empezó sentado en una silla recetando tres o cuatro ayudados de clara inspiración gallista para después construir una de las mejores faenas que le hayamos visto. El toro tuvo una gran clase y el de La Puebla no desperdició ninguna de las embestidas del de Juan Pedro.
Se suele decir que cada muletazo era un cartel de toros pero este tópico hoy tomado visos de realidad con la faena del sevillano. No se puede torear con más torería y más naturalidad que el torero de La Puebla. Faena antológica que de perdésela un aficionado, por más grande que sea, siempre le faltará no haber visto a Morante en Nîmes la tarde de hoy.
Coronó su obra de una gran estocada y en la misma silla con la que inició la faena vio sentado caer al toro rendido a sus pies. Indescriptible. Conde tuvo también algunos momentos de gran inspiración y hasta recibió una fea voltereta en su segundo y mermado de facultades mató el quinto sin poder redondear su mañana.
Coliseo de Nîmes. 6ª de Feria de Pentecostés. Tres cuartos de plaza. Toros de Juan Pedro Domecq, el tercero como sobrero, de desigual juego. Sobresalió el sexto de clase extraordinaria. Javier Conde, silencio tras aviso, ovación y silencio; Morante de la Puebla, oreja, silencio y dos orejas y rabo. Salió por la Puerta de los Cónsules.