Luis Carlos Peris.– Cuando enfilamos el Día del Pilar, cuando ya se atisba el fin de la temporada en Sevilla, los actos taurinos van proliferando y girando sobre un eje que se centra en la hermandad de la Macarena. Y al rebufo del festival que cerrará el curso sevillano, anoche se reanudaban los Mano a Mano que gestiona José Enrique Moreno, y se hacía con la participación de un torero tan macareno como Eduardo Dávila Miura y un compositor tan trascendental como Abel Moreno, el autor de esa cumbre de la música de Semana Santa que es La Madrugá y también del brioso pasodoble dedicado al torero con el que departió. Paralelamente, en el hotel Colón se expone una muestra con la hermandad del Arco y el toreo como argumento. La temporada se acaba, apenas queda vuelta atrás, pero el toreo continúa vigente en la agenda cultural de la ciudad y que no decaiga, que será buena cosa.

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