La Peña Taurina El Cid de Salteras celebró en la noche del viernes su VII Jornada Taurina con una gran asistencia de aficionados, que llenaron el nuevo local de la entidad. El presidente Eulogio Reyes abrió el acto dando las gracias a todos por su asistencia y felicitando a El Cid por su temporada. Presentó a los participantes el escritor José Luis Garrido Bustamante. La mesa esta formada por el titular de la Peña, Manuel Jesús El Cid, José Antonio Campuzano y Javier Jiménez.

Antes del comienzo del acto se guardó un minuto de silencio en memoria de los taurinos fallecidos durante este año, entre ellos Ruperto de los Reyes, Perico Soriano. Juan de Dios Pareja Obregón, José Luis Marca, Julián Salguero y Gabriel Rojas.

Bajo la moderación de Carlos Crivell, crítico taurino de El Mundo y www.sevillatoro.com, se desarrolló un acto de profundo sentido torero, que abrió José Luis López, de www.burladero.es y Giralda TV, con un recuerdo a los toreros del Aljarafe. Manuel Jesús El Cid desgranó su temporada, de la que destacó que “ha ido de menos a más y al final me he sentido como en los mejores momentos de mi carrera”. Carlos Crivell destacó como hitos del año la faena al toro de Victorino en Gijón y los triunfos en Valencia, Zaragoza, Cáceres y la faena del toro de Puerto de San Lorenzo en Madrid que no remató con la espada.

La intervención de José Antonio Campuzano fue el momento culminante de la noche. Pasó revista a su dura carrera, a la dificultad que supone ser torero, a sus problemas para poder competir con las grandes figuras de los años 70 y 80 con los que tuvo que enfrentar en los ruedos, para destacar al final que “el torero que más me arreó fue José María Manzanares padre”. Contestó así a una pregunta del periodista Luis Carlos Peris, presente en el acto.

El novillero Javier Jiménez, primero del escalafón en 2012, habló de sus triunfos “a pesar de que no tuve suerte en Sevilla y Madrid”, para dejar claro que “en 2013 tomaré la alternativa”. No le importa la plaza, pero alberga un sueño: “Ojala me la pudiera dar mi ídolo de siempre, Juan Antonio Ruiz Espartaco”.

Se celebró un animado coloquio, participó con su sabiduría Andrés Luque Gago, y la Peña entregó unos recuerdos a los asistentes. Todo acabó cerca de las once de la noche, después de más de dos horas charlando de toros, con una copa de vino que degustaron los aficionados agradecidos porque habían asistido a un acto de profundo contenido torero.
 

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