Los toreros buscan apoderado
La continuidad de Luis Álvarez y Campuzano con Castella es una buena noticia porque premia el trabajo bien hecho
El cambio de Morante ha sido el más llamativo de todos por lo que supone Rafael de Paula en la Fiesta de los toros
Carlos Crivell
El invierno es tiempo e cambios. Salen toreros de la cuadrillas y entran otros nuevos. Es algo que en la Fiesta se podría comparar a los movimientos de los fichajes en los equipos de fútbol. Los cambios más sorprendentes siempre son los que afectan a los apoderados. Casi todos los años hay grandes sorpresas. En este invierno del 2006, con una nueva temporada a la vuelta de la esquina, de nuevo se han producido reajustes en estas difíciles relaciones.
El cambio más sonoro lo ha protagonizado Morante de la Puebla, que dejó a José Luis Peralta para unir su camino al del torero jerezano Rafael de Paula. También se incorpora otro matador de toros al grupo de apoderados: Fernando Cepeda se ha hecho cargo de la carrera de Miguel Ángel Perera.
Tal vez la noticia más llamativa no ha sido un cambio de apoderado, sino una confirmación. El francés Sebastián Castella se ha colocado ya en la cima de la Fiesta por derecho propio. Es un torero que satisface todas las ilusiones de un apoderado. El diestro acabó la temporada en Sevilla y ahora renueva su situación en las plazas americanas. Es el torero del momento.
La noticia es que sigue con Luis Alvarez y José Antonio Campuzano. En algún momento se dio la noticia de que Martín Arranz era su nuevo apoderado; parecía todo rematado y sólo faltaba comunicarlo. Sin embargo, el diestro francés no dijo nunca nada y en la Feria de Quito se ha producido la noticia de la continuidad.
Es una buena noticia por lo que supone de premio para Álvarez y Campuzano, que han llevado a Castella hasta lo más alto del escalafón. La marcha del torero galo afincado en Sevilla supondría un nuevo golpe para quienes luchan en los momentos complicados y luego se pierden lo mejor de la tarta cuando hay abundante pastel para el reparto.
Cambios llamativos
Cinco matadores de mayor importancia han cambiado de apoderado en este invierno. Morante, Perera, Ferrera, Abellán y Vega. Algunos se van con personas independientes, mientras que otros se arriman a casas que regentan plazas de toros.
Morante y Paula: Es la noticia del invierno. El torero de La Puebla ha dejado a Peralta y llama a su lado a Rafael de Paula. En principio, es una maravillosa extravagancia por parte del artista sevillano, que así le ofrece al gitano de Jerez la posibilidad de volver a vivir el mundo del toreo de cerca. Morante casi no necesita apoderado. Paula necesita sentirse alguien y también algunos ingresos. Es una unión llena de humanidad y arte.
Perera y Cepeda: Es otra unión que abre un capítulo muy atractivo. Fernando Cepeda, torero de calidad y persona de firme carácter, se hace cargo de un espada que ha saltado ya por varias casas. Del espada se espera lo mejor. Para Cepeda es la oportunidad de demostrar sus posibilidades.
Ferrera y Lozano: En este caso, se trata de otro matador que cambia mucho de apoderado. Es un detalle que siempre preocupa. Y sus finales son tumultuosos. Ha dejado este año a Casas, pero ha pasado por muchos gestores. Ahora, se une a los Lozano, una casa fuerte con plazas.
Abellán y Álvarez Canorea: También Miguel Abellán cambia casi todos los años de apoderado, una señal de falta de triunfos. Santiago López, que llevó a José Tomás y El Fandi, sólo ha podido dirigirlo una temporada. Ahora, Abellán recala en un grupo formado por Manolo Canorea y Pedro Hernández. No se trata de que se haya arrimado a una casa fuerte, porque este Canorea no participa de la empresa sevillana, aunque entre familiares siempre hay favores. En realidad, el recorrido de Abellán parece que ha llegado a la estación final.
Vega y Zorita: Este cambio también ha sido sonado. El malagueño Salvador Vega ha dejado a su apoderado de siempre, Pedro Castillo, para buscar algo mejor en Ignacio Zorita, cercano a la casa Chopera. Posiblemente haya sido necesario para revitalizar el futuro de un torero que anda navegando sin rumbo fijo.
Otros apoderamientos
Además de estos cinco matadores, la lista de cambios es amplia. Aún es posible haya algunas novedades antes del comienzo de la temporada. Analicemos todos los que se han producido hasta estas fechas.
El matador Sergio Aguilar no ha toreado más que un festejo en 2006. En tiempos lo apoderó Antonio Corbacho. Ahora vuelve al ruedo con Rodríguez Vélez y Luis Carlos Aranda, que han dejado a Jesús Millán. Este torero, tan prometedor en su momento, ha perdido mucho tiempo.
El valenciano Vicente Barrera sigue en activo, aunque muchas veces no lo parezca. El año pasado fue apoderado por López Caparrós y ahora se ha unido a Manolo Martín, empresario taurino.
El murciano Rafaelillo, héroe en una corrida en San Isidro, también deja a López Caparrós y su socio Pepín Jiménez para buscar cobijo en el francés Roberto Piles. A Caparrós y Jiménez le duran poco los toreros. En su momento le dieron aire a Salvador Cortés, pero el sevillano se marchó con Taurotoro.
Otro cambio destacado lo ha protagonizado Iván García, torero que anda apuntando y que está en condiciones de disparar. Lo ha apoderado estos años José Antonio Campuzano, que con la codirección de Castella tiene trabajo suficiente, y ahora se ha comprometido con Alejandro da Silva y Andrés Caballero. Este es un torero que debería torear en Sevilla este próximo año.
Alejandro da Silva, esposo de Cristina Sánchez y cercano a los Choperitas, ha sido el apoderado de Javier Castaño hasta hace poco. Al torero salmantino lo apoderará ahora Julio Fontecha y Pedro Carra. El portuense Alejandro Morilla, que no ha tenido un buen año en su estreno como matador, también será apoderado por Pepín Jiménez. Deja atrás a su hombre de confianza de tantos años: Gregorio Cruz Vélez.
Curro Martínez deja a Blas Mora y se ha comprometido con Andutoro. El almeriense Torres Jerez, que tiene posibilidades por sus excelentes condiciones, será apoderado ahora Gómez Bejarano y deja a Juan Carreño.
El palentino Carlos Doyague cambia a Luciano Núñez por Andrés Sánchez. El gaditano Octavio Chacón sale de la órbita de Paco Dorado y se une a José Luis Cantalapiedra. Hay toreros que vuelven, como Antonio Barea, que lo hace con Pepe Manfredi a su lado. Paco Senda ha buscado cariño con Rafael Camino. Y un ilustre como Ortega Cano anuncia su vuelta de nuevo con la empresa Taurotoro como gestora. Este asunto de Ortega Cano ha dejado perplejos a muchos aficionados y taurinos, aunque a nadie se le puede impedir que renuncie a vestirse de luces. Ortega Cano hace una apuesta arriesgada.
APOYO:
Cambios en todas las categorías
Entre los novilleros y rejoneadores también hay novedades. La más llamativa es la del joven Daniel Luque, que deja a Tomás Campuzano y se va a la seguridad de Taurotoro, la empresa de González de Caldas. Luque es uno de los novilleros más prometedores de su escalafón. En vez de seguir con un torero retirado, como es costumbre en la actualidad, se une a un grupo que tiene plazas de toros. Otros novilleros que tiene nuevos apoderados son andaluces: Soto de Jerez, que deja a Javier Chopera y recala en las manos del luchador Antonio Picamills, y Salvador Barberán, que será dirigido por el matador de toros Luis Parra “Jerezano”. La última noticia es que la familia Lozano se ha hecho cargo del novillero Ángel Teruel.
La movida también afecta a los rejoneadores. El cambio más interesante es de Andy Cartagena. Ha dejado al francés Simón Casas para ponerse en las manos de Martínez Uranga, Choperitas, en compañía de Alejandro da Silva. El portugués Rui Fernandes será dirigido por Julio Fontecha, un hombre con amplia experiencia en el mundo del rejoneo. Atrás quedó su unión poco exitosa con Da Silva. Como se comprueba es un cambio de cormos permanente. Da Silva no le servía a Rui Fernandes pero parece que es bueno para Cartagena. Y es que los toreros y los apoderados son buenos mientras que hay triunfos. Cuando no los hay, el apoderado reniega de su torero y éste culpa por sistema al hombre de los despachos. Nada nuevo bajo el sol.