Carlos Crivell.- La ganadería de Joaquín Núñez del Cuvillo se ha convertido una de las más solicitadas por los toreros. La trayectoria ascendente de esta divisa se manifiesta en el número de corridas que lidia cada temporada, así como en el número de toros que propician triunfos a sus lidiadores. En la temporada de 2010, nuevamente, ha ocupado un lugar preferente con 25 corridas, de ellas muchas en plazas de primera categoría. El hijo del ganadero, Álvaro Núñez Benjumea, es quien lleva directamente la ganadería y quien mejor la conoce. Su balance del año 2010 es positivo.

“Pienso que ha sido un año buen en general. Es cierto que comenzamos con mal pie en Valencia, una corrida mala, no tanto como se dijo, pero que no nos agradó. Este detalle de no triunfar en una feria al comienzo del año siempre deja un mal sabor de boca. Las de Vista Alegre y Olivenza fueron mejores, pero sobre todo nuestra satisfacción es que muchas corridas de plazas de primera dieron un nivel alto, como las dos de Madrid, Málaga, Bilbao, San Sebastián y Zaragoza. El nivel de estas corridas fue bueno. Tampoco puedo olvidar las corridas de las plazas francesas, como Nimes, dos corridas, Bayona y Beziers. En otro orden, en plazas de segunda, las de Jerez, Victoria, Logroño y Granada cumplieron sobradamente, aunque de todas me quedo con la de Algeciras, que fue muy completa. Lo mejor en plazas de primera, Bilbao; de segunda, la de Algeciras. Y en otras plazas como Zafra también salieron toros embistiendo con clase”.

La ganadería de Núñez del Cuvillo ha lidiado este año 150 toros en 25 corridas de toros a lo largo de 2010. “Lo que nos gusta es que de esos 150 toros, 70 se han lidiado en plazas de primera. Es un porcentaje muy alto y que indica que hay una coordinación entre la presencia y la calidad de las reses”. Entre tantas corridas, el ganadero hace un examen sobre el grado de satisfacción que le ha quedado, “porque lo cierto es que auténticamente satisfechos nos dejan pocos toros, debido a que siempre tenemos como referencia un toro concreto, uno que nos dejó muy contentos, pero al que luego casi ninguno consigue llegar. Hay que distinguir entre una corrida en la que hay tres o cuatro toros que permiten el lucimiento de los matadores y lo que el ganadero exige a sus reses. Es algo muy diferente”.

Las palabras de Álvaro Núñez destilan un notable grado de humildad, la que siempre ha debido caracterizar a los ganaderos. Es tajante al comentar que, “hay que mejorar el toro”. Esta lucha por conseguir toros más bravos se manifiesta en el trabajo diario de la ganadería. “Nuestro trabajo lo puede comprobar el que quiera acudiendo un día a la ganadería. Quemamos muchos sementales y estamos en permanente búsqueda de toros más bravos. ¿Y qué es la bravura en nuestro concepto? Mucha gente tiene un concepto equivocado de ella, porque creen que es bravo el toro que genera problemas, pero nosotros pensamos que es bravo el toro que propicia el toreo con mayúsculas. La bravura es cierto que tiene un componente de fiereza, pero son fundamentales la fijeza, meter la cara por abajo y el recorrido. Estas virtudes facilitan el toreo grande. Ahí está nuestra preocupación día a día, es nuestra meta y por ahí andamos”. Y como añadido, siempre teniendo en cuenta que “es un trabajo en el que lo que hacemos hoy no será examinado hasta dentro de unos años; lo de ahora está bien, pero el trabajo de estas fechas será para cuatro o cinco años”.

Las tareas de una ganadería, el trabajo de alquimista de un ganadero para buscar el milagro de la bravura, tiene sus puntos graves. “Los sementales son importantes, pero hay algo curioso: de los veinte que tenemos ahora en las vacas, todavía no les hemos visto ningún macho. Nos basamos en que se supone que son mejores que los anteriores. La lógica se impone, aunque la bravura es algo antinatural y no se hereda en los porcentajes que uno quisiera”.

La baja de José Tomás por la cornada de Aguascalientes marcó la temporada de 2010. Para la ganadería de Núñez del Cuvillo, “este percance y que el torero no actuara en el núcleo de la temporada española cambió poco nuestros planteamientos. La de Barcelona fue a San Sebastián y la de Huelva fue a Algeciras. En el año 2009 sí que hubo algunos cambios a la hora de reseñar las corridas, porque Tomás tenía cierta preferencia, pero este tema se ha utilizado en nuestra contra sin motivo justificado. La de Valencia no fue buena y se culpó al torero. Ha habido muchos toros buenos que lidiaron otros toreros, pero eso no parece noticia. Los enemigos de José Tomás nos han atacado a nosotros porque muestra preferencia por nuestros toros. La realidad es que la camada está muy igualada gracia alas vacas, donde el nivel es ahora alto”.

Se ha convertido en una ganadería de figuras. Es evidente, algo que al ganadero le estimula, “aunque tenemos los pies en el suelo y sabemos cuál es nuestro cometido en cada momento. Vivimos de cómo salga el toro. Si un semental no da buenos productos hay que eliminarlo. Pero hay cosas que han cambiado. Sabemos que el futuro ya no pasa por los toreros, pasa por el público. Y el toro debe satisfacer al público, que acude a una plaza a ver torear bien a un toro con viveza y emoción. Dentro de cinco años no sabemos qué toreros habrá en los ruedos, pero sabemos que tenemos que proporcionar un toro que ofrezca espectáculo”.

Álvaro recalca “por encima de todo” su papel de aficionado a los toros, “algo que nos hace parecer muy partidarios de los toreros, pero luego hay una reflexión posterior y no siempre los toreros está bien, lo mismo que no todos los toros, nuestros o de los demás, son buenos. La división entre torista y torerista es algo absurda. A los aficionados nos gusta el toreo”. En un ejercicio curioso, el ganadero elige corridas o toros de otras ganaderías que le hayan gustado, hasta el punto de que no le hubiera importado ser su criador. “La corrida de Garcigrande de Vista Alegre, y en especial el toro de Manzanares; uno de Victoriano del Río que lidió Castella en Madrid; la corrida El Pilar de Sevilla; el toro de El Ventorrillo primero que mató El Juli en Sevilla, o el de Torrealta al mismo Julián en la Maestranza. El toro bueno pone a todos de acuerdo”.

Núñez del Cuvillo volverá en la temporada de 2011 a Sevilla. Es el reto, la gran cita de esta divisa después de cuatro años de ausencia. Álvaro se toma su tiempo para contestar ante el compromiso de Sevilla. “Es una plaza muy importante, tiene una afición fabulosa y es una plaza difícil. Si además se añade la polémica que ha habido otros años por las ausencias, pues el ambiente aún es mayor. Nuestra responsabilidad es presentar una buena corrida, aunque lo que no está en nuestra mano es que embistan los toros. Deben tener un gran trapío y la corrida debe moverse y embestir bien, que son cosas distintas. Hay que combinar bien las cosas y es un festejo muy especial para nosotros”.

Hay que volver sobre José Tomás. Aún hay dudas sobre el tipo de temporada que realizará el torero de Galapagar. Álvaro opina que “su vuelta es muy importante, pero en mi caso más como aficionado que como ganadero, porque aunque vuelva las corridas irán a las mismas plazas. Si vuelve, ya sabe el torero dónde estaremos y puede torear nuestras corridas. Las corridas están ya todas cerradas, así que nadie puede decir que se han cambiado los planteamientos por su presencia. Para nosotros todos los toreros son fundamentales”.

LA CAMADA DE 2011

Para el año 2011 “la ganadería de Núñez del Cuvillo tiene apalabradas corridas para plazas como Sevilla, Madrid (tres corridas), Valencia en julio, Pamplona, Bilbao, Barcelona, Málaga, en Francia a Dax, Mont de Marsan, Arles y Beziers. También estaremos en Vitoria, Santander, Olivenza y hay dudas con Vista Alegre, porque es muy pronto y tenemos dudas sobre si estarán los toros rematados”.

EL GRULLO Y LAS 740 VACAS

Núñez del Cuvillo tiene su ganadería en cinco fincas, cuatro que son propiedad de la familia y una alquilada. Álvaro Núñez reconoce que “hemos reducido algo las cabezas de la ganadería en 80 vacas, que afecta más que nada a la calidad. No queremos pasar de las 20 a 22 corridas de toros. Tenemos ahora 740 cabezas de ganado contando las eralas aprobadas. Para lidiar veinte corridas de toros no se pueden tener 300 vacas. Se lidia la mitad de los que hierran”.

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