Carlos Crivell (Olivenza).- En la primera de Olivenza el triunfador fue El Juli que realizó una faena importante a un toro encastado de Fuente Ymbro, el único que exhibió casta. morante estubien con chispazos y mala suerte, mientars que Perera no acabó de romper en ninguno d sus dos toros.

Ganadería: seis toros de Fuente Ymbro, bien presentados, flojos, y justos de raza. Mansos, el primero y el tercero. Complicado y peligroso, el cuarto. El único que exhibió casta y bravura fue el quinto.

Morante de la Puebla: estocada (saludos) y pinchazo y estocada (silencio).
El Juli: estocada y tres descabellos (silencio) y pinchazo y estocada (dos orejas).
Miguel Ángel Perera: estocada (una oreja) y estocada (saludos)

Plaza de Olivenza, 7 de marzo de 2009. 1ª de la Feria de maarzo. No hay billetes. El Juli salió a hombros.

Olivenza fue nuevamente el centro de atención del comienzo de la temporada. El buen tiempo se alió con la fiesta y el lleno absoluto del bello coso oliventino convirtió la tarde en una jornada feliz para el toreo. Toda esta expectación sufrió un frenazo con el juego de las reses de Fuente Ymbro, algunos con muy pocas fuerzas, otros con marcada mansedumbre y sólo uno con bravura y casta. Fue el quinto, un toro nada fácil que encontró su horma en la muleta de El Juli, que de entrada ha mostrado sus credenciales en el comienzo de la temporada.

El torero madrileño, inédito con el flojo astado que se lidió en segundo lugar, realizó una faena poderosa, segura y mandona a un toro que embestía con celo. El animal pedía firmeza y la encontró en la muleta de El Juli, que lo enceló en tandas templadas para ligar siempre con toques sutiles y precisos. Fue una gran faena que lució más por la condición encastada del animal. El torero madrileño había proclamado que está dispuesto para la lucha de un año con muchas cosas en el aire.

Morante de la Puebla tuvo mala suerte. El que abrió plaza embistió bien, aunque con la cara alta, hasta que dijo basta y se rajó en tablas. El comienzo de su labor fue espléndido con pases a media altura llenos de garbo y torería. Las tandas por la derecha tuvieron hondura. Morante fue fiel a su tauromaquia. Debió cortar la oreja, pero la racanería de un presidente sin criterio le dejó sin el trofeo.

El cuarto fue un toro problemático. Morante se la puso por los dos pitones, le aguantó miradas a la taleguilla y tiró por el macheteo cuando el animal se puso ya imposible.

Perera anduvo bien sin exceos en sus dos astados. Fue brillante el quite al tercero, compuesto por dos tafalleras, capote a la espalda y un remate airoso. El toro fue noble aunque sosito. Perera se mostró valiente en un faena templada que careció de vibración. Faena en la línea de valor del extremeño, aunque sin romper como en otras ocasiones. La fulminante estocada fue definitiva para cortar una oreja.

Lo ocurrido en el sexto fue la historia de una frustración. El de Fuente Ymbro era muy flojo, pero Perera no acertó en los primeros compases y el animal dobló mucho los remos en algún tirón brusco. Su labor fue muy larga y llena de intermitencias. Algunos pases tuvieron temple y largura; otras veces la franela resultó tropezada. Al final, una faena menor.

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