Ángel Luis Lorenzo Francisco.- La importancia del toreo como arte, es una realidad, ya que se conjugan todas las otras expresiones artísticas, como la música, la escultura o la pintura, plasmada esta última, en el cartel de este año, por el artista extremeño Alfonso Sánchez Rubio.

Tenemos cartel, y que mejor forma de presentarlo, que con un homenaje a “Espartaco”. A los nombres de los matadores protagonistas de la Feria 2019 se suma el de Juan Antonio Ruiz Román ‘Espartaco’, quien en el acto de presentación ha recibido un caluroso homenaje con motivo del 40 aniversario de su alternativa.

Si, ese mismo que cada vez que Curro toreaba en Sevilla, decía que la Maestranza tenía una luz especial, el que eligió el 6 de marzo de 1999 el coso de Olivenza para su reaparición (traída al presente, con la imagen que el alcalde de Olivenza le entregó).

Tres décadas de historia dan para un reconocimiento merecido, y que la Feria oliventina se haya sumado a uno más, es acertado. Al torero de Espartinas (Sevilla) no le van a faltar homenajes, ni biografías que relaten detalladamente toda su vida como persona y torero (en esa línea, lleva tiempo trabajando el crítico taurino D. Carlos Crivell).

Bajo el paraguas de su 29ª edición, con los primeros comentarios al año sabático de Talavante (fortaleciendo su lado ganadero) y lejos ya de esos rumores superados (que alimentaba José Cutiño) sobre esas posibles reapariciones por entonces, de José Tomás en el coso oliventino, siguen aflorando motivos para disfrutar de ella:

La ilusión de un arranque de temporada, la cita con un torero igual de valiente que Domingo Valderrama (guiño a l

os lectores de Sevillatoro) y con la habilidad de no rendirse nunca: Emilio de Justo. La mirada de los aficionados al mundo del toro se vuelve a Olivenza, el magnetismo sin precedentes de Roca rey, clases prácticas que promocionan la inclusión y novillada sin picadores (oportunidad para esos novilleros sin tapias)

Morante y su soberbio intérprete de la Verónica, el deseo de que se repita el éxito en la Monumental de México, por parte de Ferrera en tierras extremeñas (sería una señal de que está ya recuperado de la cornada y las dificultades de la temporada anterior)

La apuesta por un torero consolidado de la tierra: Ginés Marín, el respeto entre aficionados y no aficionados coexistente, la hospitalidad a los vecinos portugueses, el Museo Etnográfico Extremeño, la casa de la Misericordia o la Iglesia de Santa María Magdalena, amplio programa de actividades fuera del ruedo donde se juntan dos culturas y una única pasión por la Fiesta.

En Olivenza la fiesta no corre peligro, mientras siga teniendo ese arraigo social. Sin duda, como diría el poeta español de la Generación del 27, Vicente Aleixandre: “en la plaza abierta hay olor a existencia”. Todo es hacer las cosas bien. Ahora, echando de menos a Miguel Ángel Perera, sólo pienso en Olivenza… luego soñaré con Sevilla.

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