Toro de Victorino. Foto: Álvaro Pastor Torres

Álvaro Pastor Torres.– Por segundo año consecutivo la decidida apuesta torista en el corso ursaonense se saldó con un triunfo rotundo: buen ambiente, gran entrada, esmerada organización, mucho aficionado en la piedra de la centenaria plaza, emoción e interés de principio a fin, una buena corrida en líneas generales de Victorino, seis orejas, rapidez con los aceros -salvo en el 6º-, algunas peleas en varas de interés y tres toreros que, cada uno en su estilo, pudieron desarrollar el toreo que llevan dentro. En definitiva, satisfacción general a la salida del coso donde solo se hablaba de toros. Y de toreros.

Curro Díaz  pechó con el peligroso que rompió plaza, pero pudo demostrar su toreo caro en el cuarto. Faena medida con muchos pases que fueron auténticos carteles. Manuel Escribano, decidido y bullidor toda la tarde, variado con los engaños y certero con los garapullos. Pepe Moral se reencontró a sí mismo en su primero y sacó a relucir, en una faena que fue a más, la mano izquierda que tanta fama le ha dado.

Plaza de toros de Osuna (Sevilla). Sábado 18 de mayo de 2019. Corrida de toros. 2º espectáculo de feria. Tres cuartos de plaza en tarde calurosa que terminó fresca. Dos horas y media de función. Al final del festejo los tres matadores salieron a hombros.

Seis toros de Victorino Martín, bien presentados y desiguales de plaza y hechuras. 1º mirón y peligroso; 2º de gran humillación hasta que se orientó y se tornó imposible; 3º, noblote; 4º repetidor y con mucho recorrido, el mejor del encierro; 5º, encastado y 6º, soso de corto viaje.

Curro Díaz, de grana y oro: saludos desde el tercio y dos orejas
Manuel Escribano, de azul rey y oro: oreja y oreja tras aviso
Pepe Moral, de negro y plata: dos orejas y silencio