El pasado día 6 de mayo visitó la Tertulia Taurina “El Porvenir” el diestro Pepe Luis Vargas, que fue acompañado por los matadores de toros Rafael Torres y Antonio Alfonso Martín, con lo que se completó una terna de toreros de las décadas de los años setenta-ochenta del pasado siglo. Tres toreros de Sevilla, que precisamente recibieron su alternativa en la Maestranza de manos de Curro Romero. Pepe Luis Vargas se fijó en la medida, tela y textura de los capotes de Rafael Torres para que Fermín, el sastre de toreros, se los hiciera exactamente iguales. Antes, Rafael Torres, los copiaba de los capotillos de Pepe Luis Vázquez.
Pepe Luis Vargas, sin antecedentes taurinos en su familia, entró en contacto con el mundo del toro cuando, siendo un niño, su familia se trasladó a vivir cerca de la plaza de toros de Écija, con lo que el coso acaba convirtiéndose en el lugar de juegos de los chavales del barrio, donde jugaban al toro o contemplaban sentados en el estribo los entrenamientos de los aficionados y profesionales ecijanos a diario. Entre ellos, destacaba Palmeño, que un día se dirigió al pequeño Vargas para ofrecerle los trastos. A partir de ahí se hace uno más del grupo, comienza a embestirles en sus entrenos y a dar sus primeros pases. Con 9 años, en un festejo cómico, se tiró de espontáneo en la parte seria del espectáculo, salió a hombros de sus amigos, pero tiene la parte amarga de la importante reprimenda de su padre, policía municipal de profesión, cuando la Guardia Civil le informa de lo sucedido.
A los 16 años hizo su debut oficial en público, el 18 de mayo de 1975, en una novillada sin picadores en la plaza de toros de Osuna. A partir de ahí comenzó una fulgurante carrera que le llevó a ser líder del escalafón de novilleros con caballos en la temporada de 1977, sumando 44 festejos. Precisamente, de esa época de novillero con picadores manifestó Pepe Luis Vargas haber vivido el mejor momento de su carrera y del que guarda el más bonito recuerdo de toda su trayectoria: la faena a un novillo de Hermanos Sampedro en la Maestranza de Sevilla el 3 de julio de 1978, (“Pies de Galgo”, se llamaba), y cuya lidia y muerte había brindado nada menos que a Pepe Luis Vázquez. En marzo de 1979 se presentó ante la afición de Madrid con novillos de “Lupi”, antes de recibir la alternativa en la Feria de Abril de 1979, con Curro Romero de padrino, como hemos indicado, y con “Manili” de testigo, ante toros de Salvador Domecq.
A principios de la década de los 80 protagonizó varias tardes de gloria en diferentes cosos mejicanos, donde su arte y valor levantaron revuelo y cuyos ecos llegaron pronto hasta España, reportando muchos contratos. El mejor de sus recuerdos de esas tardes nos relató que fue en la Munumental de México, en enero de 1981, cuando cortó una oreja a un toro de “Piedras Negras”. Y así fue discurriendo su carrera, entre los altibajos motivados por las numerosas cornadas recibidas en tantos años (20 nada menos, algunas gravísimas).
Ya retirado, inicia su labor de ayudar a los niños que querían ser toreros y funda la Escuela Taurina de Écija, que él consigue fortalecer y consolidar, hasta convertirse en escuela municipal. Llegaron a salir de esas “aulas” hasta 74 niños, que acabaron convirtiéndose en profesionales. En la actualidad colabora como profesor en la Escuela Cultural de Tauromaquia de Sevilla.
Información de http://perezalarcon.blogspot.com.