Peris223Luis Carlos Peris.- Llegará el día, y más pronto que tarde, en que no sabremos si somos de los nuestros o no. Ahora con la fiebre prohibidora que le ha entrado a la clase dirigente se está dando el caso de que no se sabe a qué carta jugar. La última prohibición es la que se ha promulgado en Gijón para que los niños no jueguen al toro. Una clase práctica de Miguel Ángel Perera en la hermosísima playa de San Lorenzo ha sido prohibida por la alcaldesa. Es un golpe más con vistas a la abolición del toreo, pero este golpe no viene desde el nacionalismo más montaraz ni siquiera de parte de la izquierda, sino de una alcaldesa que porta el bastón de mando gracias al apoyo del PP a su partido, que atiende por Foro Asturias. O sea que si la abolición del toreo en la tierra de don Pelayo se consuma algún día convendría recordar que el primer paso hacia esa sinrazón se dio con el pie derecho.

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